La bicicleta de Nairo Quintana es más pequeña que las demás pero la fuerza de sus piernas, el desparpajo con el que mueve los pedales, no están al alcance de prácticamente ningún ciclista del pelotón cuando llega la montaña, sea marzo o sea julio. Y este jueves en la cumbre de Port Ainé, meta de la etapa reina de la Volta, hastaAlberto Contador se ha podido percatar de esta circunstancia.

La Volta 2016 tiene un líder consistente; aunque realmente tiene algo más que un líder. Al frente de la clasificación general está el abanderado de las nuevas generaciones, el corredor que mira el presente y el futuro, el mejor escalador planetario, el pequeño chaval de 26 años surgido de las frías tierras de Boyacá, en Colombia, allí donde Miguel Induráin no pudo ser campeón del mundo en 1995 para mayor honra de Abraham Olano.

Las miradas en la ascensión a Port Ainé, un interminable puerto de 18 kilómetros, estaban puestas en Contador. El ciclista madrileño sabía que Dan Martin, quien llevaba el jersey rojiblanco como primer clasificado de la general, no era un líder consistente. Incluso parecía fácil de tumbar, posiblemente caería por su propio peso, como fruta madura cuando se mueve el árbol. También sabía Contador que la Volta se ganará por pocos segundos por lo que más que atacar, más que salir una y otra vez a todos los ataques que se produjeron cuando quedaban solo tres kilómetros, quizás habría sido más productivo marcar un buen ritmo, serenarse un poco y no calentarse tanto. Y lo pagó, lo pagó cuando Quintana, a falta de 800 metros para la meta, puso la directa, una marcha demasiada rápida para Contador. No pudo seguirlo. Quintana se fue hacia el liderato y escribió el primer episodio para ganar el domingo la ronda catalana en Montjuïc.

LA POTENCIA DEL MOVISTAR

Contador lo vio partir. “Salí a por todos los ataques y cuando Quintana lanzó el último ya no pude seguirlo. Quedan tres etapasy son ocho los segundos de ventaja que tiene. El Movistar es un equipo muy potente, será difícil, pero veremos”.

Quintana llegó esprintando, conocedor de que cada segundo extra que le sacase a Contador era una recompensa para el triunfo definitivo. “Los rivales eran fortísimo y Contador fue el único que me siguió. Al final vi que tenía fuerzas y por eso ataqué. Es la evidencia de que voy en buen camino para el gran objetivo del año que no es otro que intentar ganar el Tour”.

Si el segundo clasificado de la Volta tras la etapa reina fuera cualquier otro que no se llamase Contador, la carrera ya podría darse prácticamente por sentenciada. Pero el carácter del corredor más inconformista del firmamento, el que nunca se rinde, el que llega cabreado a meta porque le ha dolido no poder seguir a Quintana, sirve para que la emoción esté servida hasta la última ascensión aMontjuïc.

Con tan solo ocho segundos de diferencia entre el primero y el segundo (el tercero, Richie Porte, se encuentra a 17 segundos, por lo que también es un peligro para los dos corredores que lo superan en la general) cualquier error se paga, a pesar de que Quintana esté protegido por un conjunto sensacional, compuesto en Catalunya por parte de quienes serán sus gregarios en la ‘grande boucle’.

EL VIERNES, LLEGADA A VALLS

Pasó la etapa reina, que contó con la victoria del corredor belgaThomas de Gent, gracias a una escapada. Este viernes llega el turno a Valls y el Coll de Lilla, por un terreno irregular. Hace un año Alejandro Valverde trató de buscar una emboscada, le sirvió para ganar la etapa pero no la Volta. Quintana es joven, pero corriendo parece como una gallina vieja de las que dan siempre el mejor caldo… ciclista en este caso.