En la carpa de Renault, mientras se come un plátano, Fernando Alonso es a veces el centro de alguna tertulia. Suele decir entonces que lleva un ingeniero dentro. Mejor, un "mecánico". Y debe ser verdad. Desde que empezó a pilotar para Renault, los coches franceses han seguido una evolución constante: un prometedor R23 dio paso a un rápido R24, y a los campeones R25 y R26. A finales del 2006, Alonso se fue a McLaren, cuyo monoplaza se arrastraba detrás de los Ferrari y Renault. "Me traje a este equipo ocho décimas", dijo después de un invierno frenético de trabajo para hacer del McLaren un coche ganador durante el 2007, mientras el Renault R27 se perdía en problemas de adaptación a los Bridgestone y de calibración en su túnel del viento.

Había comenzado a trabajar en el MP4/22 en verano, mientras luchaba a brazo partido en Renault con el Ferrari de Michael Schumacher. Alonso trabajó duro con los ingenieros de McLaren en el diseño del nuevo coche plateado. Pedro de la Rosa le ayudó a conseguirlo y el MP4/22 se convirtió en el mejor coche de la parrilla, aunque el título se fue a Ferrari por una historia ya conocida y que ha acabado con la defenestración de Ron Dennis.

McLaren sufría su salida

Tras su tumultuosa relación con Dennis, Alonso se fue de McLaren, pero lo hizo tarde, y llegó más tarde aún a Renault. Seis meses de retraso que se vieron en los resultados. El R28 comenzó lento en recta, nervioso en la frenada, inestable a la salida de la curva, destrozaba neumáticos... Un dolor.

En la primavera pasada, el R28 era un hierro, y en Renault debían comenzar a trabajar ya sobre el diseño del R29 (2009), que requería muchos más esfuerzos a tenor del radical cambio de reglamento. Pero, en ese momento, Renault y Alonso mataron dos pájaros de un tiro, porque comenzaron a evolucionar el R28 pensando mucho en el R29: se volcaron en la adherencia mecánica, en mejorar el motor, y dejaron en segundo término la aerodinámica.

Los cambios de este año intentan reducir costes y favorecer los adelantamientos, reduciendo la parte de adherencia que se logra con la aerodinámica de los coches, lo que otorga más importancia a la adherencia mecánica, justo en la que Alonso trabajó en el 2008, justo en la que el asturiano es un ingeniero-mecánico. "Si crees que puede o no tener razón, no lo dudes, tiene razón", asegura Bob Bell, ingeniero de Renault. "Su memoria de datos es prodigiosa", dice Pat Symonds, máximo responsable técnico de la escudería.

Intensa puesta a punto

El trabajo de puesta a punto de Alonso, a quien Flavio Briatore intenta ahora reducir su salario, según ha comentado el playboy italiano y responsable de Renault F-1 a la revista italiana Chi , resultó fundamental para que el R29, que debutó en Portugal a un segundo de los McLaren, Williams y Toyota, se convirtiera en pocas semanas en el coche más rápido tras los sorprendentes Brawn GP. Un nuevo alerón delantero, un suelo más evolucionado, la última especificación de motor (Renault ha sido el único constructores autorizado a mejorar el motor) y el trabajo de puesta a punto de Alonso con las geometrías de suspensión obraron el milagro: un trabajó que comenzó en el R28.