El Extremadura no deja de sorprender en esta Segunda División. Cinco victorias consecutivas y siete en los últimos nueve partidos, una doble racha que ha dejado la permanencia a tiro de piedra cuando hace apenas dos meses parecía casi una utopía. Pero así es el Extremadura, un equipo acostumbrado a las proezas y las misiones imposibles cuya fe, inagotable, termina siempre dándole el empujón esperado.

Sólo el Cádiz, que curiosamente inició su racha de siete victorias consecutivas tras perder en Almendralejo, presume de haber tenido una mejor lista de triunfos seguidos con siete en lo que va de campeonato. Otros equipos como Osasuna y Granada también han enlazado buenas rachas, pero cortadas en cuatro triunfo seguidos.

Era consciente de que el Extremadura necesitaba un partido de lo más inteligente para ganar en Tarragona: «sabíamos que ellos estaban tocados y teníamos que esperar nuestra oportunidad. Quizá hemos sufrido más de lo previsto, pero hemos sabido sufrir y eso nos ha hecho ganadores», decía Zarfino, radiante de felicidad tras el partido.

Otro hombre feliz era Ortuño, el autor del único gol del partido. El murciano, que era consciente de haber tenido un error de cara a puerta con claridad antes el gol, asegura que «estoy feliz por el gol, pero sobre todo por la victoria que nos acerca mucho al objetivo». El ariete no quiere lanzar campanas al vuelo: «a mí me gusta ser cauto. Hemos dado un paso grande, pero queda todavía».

Tampoco escondía su felicidad Casto Espinosa, determinante con varias paradas durant el partido: «no podemos obviar la realidad y sabemos que hoy aquí hemos dado un paso muy grande para la permanencia. Pero claro, quedan puntos y hay que ir a por ellos».

En sala de prensa, Manuel volvió a ensalzar a sus jugadores y la inteligencia con la que jugaron el partido. El técnico gallego ha conseguido revolcar el ánimo de la grada y los futbolistas en apenas dos meses gracias a su carácter positivo y ganador que se ha quedado impregnado en todos. «Esta victoria, lo repito una y otra vez, es de todos los que forman el Extremadura y el pueblo de Almendralejo.

Honor

Quienes se llevaron todos los honores del mundo fueron los 40 valientes que se montaron en autocar desde Almendralejo y completaron 1.800 kilómetros (ida y vuelta) con casi 24 horas de autocar para ver ganar al Extremadura. Al escuadrón de azulgranas que salió de tierras extremeñas le esperaban muchos compatriotas que hoy día residen en tierras catalanas.

Obtuvieron el premio esperado, una victoria en los minutos finales, como mejor sabe. Y lo celebraron a lo grande, vibrando y saltando con los jugadores en el rincón del Nou Estadi que se coloreó durante dos horas de azulgrana.

El Extremadura vuelve a dormir esta semana lejos del descenso, como mínimo a un colchón de dos partidos. Adelanta al Zaragoza y obtiene, en décimo cuarto lugar, la mejor clasificación en lo que va de temporada. El cohete azulgrana no tiene techos. Ya lo dijo Manuel: «Creemos que podemos seguir dando más». Pues adelante, valientes. Los fieles de la religión azulgrana disfrutan.