Rafael Nadal concluyó ayer la gira asiática de una manera inesperada. El austriaco Jürgen Melzer, que en sus tres partidos anteriores nunca había sido capaz de arrebatarle ni un set, le ganó ayer dos y le echó del torneo de Shanghái en los octavos de final, tras una hora y 57 minutos de partidos, por 6-1, 3-6 y 6-3. Hacía un año y medio (un total de 21 torneos) que Nadal no caía eliminado antes de los cuartos de final. La de ayer fue solo la novena derrota esta temporada del número uno mundial, que reiteró en varias ocasiones después del encuentro que había sido víctima de la fatiga "física y mental".

"Me he sentido lento sobre la pista, he cometido más errores de los habituales y jugué más corto. También estaba más cansado de lo normal, física y mentalmente", dijo Nadal, que con un mal saque concedió 12 puntos de rotura (Melzer aprovechó tres) mientras que él dispuso de tres (y materializó uno).

"Creo que la clave fue poner mucha presión sobre él. No puedes dejarle imponer su juego o serás siempre derrotado. Es demasiado bueno. Por eso intenté pillar la bola muy pronto. Además saqué muy bien, especialmente en los momentos clave, y realicé mi plan. Poniéndonle mucha presión, especialmente sobre su derecha", dijo Melzer.

Nadal cerró su periplo por Asia con un título en Tokio, las semifinales en Bangkok (perdió ante García-López, triunfador ayer sobre el checo Berdych) y los octavos en Shanghái. Ahora tendrá tres semanas de descanso antes de acometer la recta final, con el torneo de París-Bercy y la Copa Masters de Londres, que nunca ha ganado.