Sólido pero sin la contundencia demostrada hace una semana en Montecarlo. Rafael Nadal abrió su participación en el Barcelona Open Banc Sabadell dispuesto a defender su título y ganar el undécimo para su extraordinario palmarés. En el primer partido se deshizo del granadino Roberto Carballés por 6-4 y 6-4 para sumar 38 sets consecutivos ganados desde su última derrota en tierra ante el austriaco Dominic Thiem en los cuartos de final de Roma del año pasado y superar un récord que tenía desde 1973 el rumano Ilie Nastase.

Nadal no empezó bien, de todas formas. Carballés (número 77 mundial) entró en la pista del campeón dispuesto «a disfrutar», como había dicho el día anterior. Sin nada que perder, salió valiente y agresivo y su actitud tuvo premio ganando el primer juego y rompiendo, en el siguiente, el de Nadal (0-2). La respuesta del mallorquín no se hizo esperar y le dio la vuelta al marcador ganando cuatro juegos seguidos. Carballés aún pudo ganar un par de juegos más antes de ceder el primer set en 56 minutos.

En el segundo, Nadal rompió de salida para colocarse 2-0 y 3-1. Carballés parecía entregado, después del esfuerzo realizado corriendo tras los tiros del mallorquín, que parecía más estar afinando golpes, que preocupado en rematar el partido. Así Carballés incluso igualó el marcador (3-3) hasta que Nadal apretó el acelerador para certificar la victoria en 1 hora y 51 minutos.

«Era una primera ronda dificil, posiblemente el peor partido de los últimos que he jugado, pero lo importante era ganar para tener la oportunidad de jugar mejor mañana», valoró en la misma pista a Àlex Corretja, que le enrevistaba para TVE.

La gran noticia del día no fue él, sino la derrota de un flojísimo Novak Djokovic, que cayó ante el eslovaco Martin Klizan por 2-6, 6-1 y 6-3.