Campeón por cuarta vez de Roland Garros, vencedor de Wimbledon, medalla de oro en los Juegos Olímpicos y número uno mundial. Rafael Nadal ha conseguido en un año lo que muchos tenistas no logran en toda su carrera profesional. Ha sido un año inolvidable, mágico, como confiesa en la entrevista que concedió el pasado miércoles a EL PERIODICO en su fugaz paso por Barcelona y camino del aeropuerto. Sus problemas físicos ya parecen completamente olvidados y ha cargado pilas para el nuevo combate que le espera a partir de enero. En el torneo de Doha, inicia la defensa de su corona.

--¿Mejor imposible?

--Sí, increíble. Ha sido la mejor temporada de mi vida, pero es algo irrepetible.

--¿Cómo valora sus triunfos?

--Wimbledon ha sido el triunfo más especial. Nunca había ganado allí y eso lo hizo algo único, inolvidable. Pero Roland Garros también. Por primera vez jugué mi mejor tenis en tierra, en los otros años no lo sentía. Después los Juegos fueron especiales, no solo por la medalla sino por la experiencia que viví y que, aunque soy joven, nunca sabes si podrás volver a jugarlos. Pero lo mejor, sinceramente, ha sido sentirme mejor jugador que antes. Ver que he subido mi nivel, que he logrado ser más agresivo, sentir que controlo el punto. Todo esto me gusta. Me llena ver que había hecho una gran faena y que había servido para mejorar y conseguir todos esos éxitos.

--¿Es especial ser el número uno?

--Es diferente a cualquier otro triunfo. Las victorias en los torneos son una explosión de alegría momentánea. El número uno es un premio conseguido a lo largo del año, perseguido desde hace tiempo, trabajado duramente y que me produce una satisfacción única. Es un éxito de largo plazo.

--¿Cómo se siente?

--Contento conmigo y agradecido a todo mi entorno, a mi familia, que me han ayudado a conseguirlo, a estar donde estoy.

--¿El final de temporada le ha dejado un mal regusto?

--En absoluto. Es verdad que me he perdido dos citas importantes como la Copa Davis y el Masters. Pero realmente yo había logrado ya mis objetivos del año y quizá para conseguirlos he tenido que pagar esa factura al final del año. Renunciar a la Copa Davis me entristeció aunque después me he alegrado mucho por el éxito de España. Se ha demostrado que no me necesitaban y que hay un equipo y gente preparada y buena para conseguir un título así.

--¿Y después de un año así, qué se puede hacer en el próximo?

--El pasado es pasado. Del próximo año no espero nada. Evidentemente no me planteo repetir un año como este. Sería una animalada. Tengo que borrar el pasado de mi cabeza y empezar de nuevo de cero. Lo único que espero es estar preparado para afrontarlo con garantías.

--¿Por detrás aprietan?

--Sí. Llegan jóvenes nuevos con un nivel altísimo como Murray, Del Potro, Tsonga, Cilic y los de siempre. Va a ser difícil y si quiero seguir arriba un año más, debo jugar diferente, mejorar más el saque.

--Federer amenaza con volver a ser número uno y ganar Wimbledon.

--Lo normal. Si Federer no tiene condiciones para volver a ser el número uno o ganar Wimbledon, no las tiene nadie. Federer será uno de los principales rivales y ojalá vuelva a ser mi rival, eso querrá decir que estoy entre los mejores.

--¿Va a sentir la presión de defender el número uno?

--No quiero entrar en comparaciones con lo hecho en el 2008 porque me agobiaría. Yo me planteo la temporada por giras y con el objetivo de conseguir los puntos suficientes para estar arriba. Mi intención es jugar bien, que ya es mucho. Espero llegar a Miami con 2.000 puntos; si lo logro, sé que estaré entre los mejores.

--El circuito cambia, ¿le beneficia?

--Se ha cambiado el nombre de los torneos, se ha doblado la puntuación, pero sigue igual de largo y duro. En ese sentido no se ha arreglado nada. Seguiremos prácticamente sin poder parar. La temporada de tierra será igual de complicada que siempre. De todas formas, no será peor que el año pasado, eso es imposible. Se hicieron las cosas muy mal. No solo por los Juegos, que trastocaron el calendario, pero ya se sabía. Lo peor fue que retrasaron Indian Wells y Miami por el tema televisivo una semana. Increíble.

--Roger Federer renuncia a Montecarlo...

--Cada tenista prepara su temporada como piensa que le irá mejor. Entiendo que Federer renuncie a Montecarlo, pero para mí es importantísimo jugarlo. No me lo planteo. ¿Qué puedo hacer? ¿No jugar en Barcelona? Es una opción. El año pasado gané en Barcelona y creo que es un torneo que me va bien, pero después es cierto que no pude jugar en Roma. No sé, lo decidiremos en función de cómo juegue en esa época. Ya veremos.

--¿La gira europea se complica con estas nuevas circunstancias que se están produciendo?

--Será una temporada de tierra tan dura como siempre, pero con la diferencia de que se añade un torneo de tierra como el de Madrid, que se juega en altura, que para mí es peor, y para el circuito también porque está muy cerca del torneo de Roland Garros. En altura la sensación del toque de la bola es diferente y la preparación para afrontarlo no es la adecuada para ir posteriormente a jugar a París.

--¿El cambio de fechas de Madrid no le favorece tampoco?

--La verdad es que a mí ya me gustaba como estaba antes, en octubre y en indoor .

--Usted forma parte del consejo de jugadores. ¿No han podido cambiar esta situación?

--Solo tengo un voto y somos muchos con opiniones diferentes. Yo solo pongo una reflexión sobre la mesa: ¿Te imaginas que a los futbolistas los hicieran jugar sobre cemento? Pues esa es nuestra realidad. Nos hacen jugar cada vez más en superficies así, que son duras y difíciles para el cuerpo. Ese es un error muy grande y no lo digo porque juegue bien en tierra. He demostrado que puedo ganar en todas las superficies.

--¿Cuáles han sido los momentos más difíciles de esta temporada?

--Especialmente recuerdo la semana antes de los Juegos Olímpicos, que fue durísima, y las semifinales del US Open, que fueron de impotencia porque veía que tenía posibilidad de ganar el torneo pero no daba más, ni mi cuerpo ni mi cabeza respondían. Lo pasé fatal.

--¿Qué sintió cuando, en la entrega del Príncipe de Asturias, Ingrid Betancourt explicó que seguía sus partidos de Roland Garros y se motivaba con ellos en su cautiverio?

--Me sorprendió y se lo agradezco mucho, pero lo que tiene valor es lo que ella ha hecho y está haciendo, luchando por cosas muy difíciles, intentando concienciar a la gente de los problemas que sufre su pueblo. Una persona que ha vivido ese problema, que ha podido escapar de una situación así es realmente impresionante, pero ver que no ha parado después de vivir una situación así, al límite, me parece tan increíble como admirable.

--No puede decir lo mismo de Pedro Muñoz, el presidente de la federación española de tenis. Puede que incluso se presente a la reelección. ¿Cuál es su relación con él después de todo lo que ha ocurrido en los últimos meses?

--Nula. Estoy cansado de hablar de este tema, solo espero que se vaya y se acabe el malestar que hay en el tenis. Aunque no le veo por la labor. No creo que lo deje. Este señor nos ha fallado muchas veces y no puedes confiar en alguien así. Tengo la esperanza de que esta vez diga la verdad, cumpla con lo que prometió y se vaya, ojalá que sí. No me merece ningún respeto porque además de las barbaridades que ha dicho de mis amigos, nos ha engañado muchísimas veces. Como persona ha hecho cosas que no están bien, pero como presidente no tiene mi perdón. El día que deje de ser presidente podré perdonarle como persona y creo que en un momento dado incluso podré hablar con él.

--Volviendo a la Copa Davis, Emilio Sánchez deja la capitanía. ¿Cuál sería su modelo de persona que vaya a sustituirle?

--Yo desde luego no soy nadie para decir quién o cómo debe ser el próximo capitán. Lo que si es cierto es que cuando nos preguntaron la otra vez en la federación, hace cuatro años, los jugadores queríamos a Albert Costa, pero después el presidente puso a Emilio Sánchez Vicario. Esa decisión al final ha salido bien y se ha ganado la Copa Davis. Ahora suena el nombre de Alex Corretja y por supuesto no tengo nada en su contra. Creo que cualquiera de los dos se merecen ser capitanes de Copa Davis por lo que han sido como jugadores y deben serlo en algún momento. De todas formas, pienso que en estos momentos estamos en deuda con Albert Costa por lo que pasó hace cuatro años.