Los zarpazos de Jo Wilfried Tsonga destrozaron al español Rafael Nadal que sucumbió ante la poderosa pegada del jugador francés que le apartó de la final del Abierto de Australia por un contundente 6-2, 6-3 y 6-2. Estuvo imparable, jugando a este nivel imposible", dijo Rafael Nadal sobre su verdugo, del que no esperaba esa gran actuación.

Once años después de que otro español, Carlos Moyá, irrumpiera en la final del primer grande de la temporada, Nadal tuvo una gran oportunidad para igualar a su compatriota y amigo, pero en un día desgraciado para él se topó con un rival inspirado y desvergonzado en su juego.

Nadal no había cedido un parcial hasta esta ronda, y había salvado nueve puntos de set ante sus rivales, pero ante el cuarto francés que le salió al paso este año solo pudo ganar siete juegos en una hora y 57 minutos de lucha desigual, en la que dispuso solo de tres puntos de rotura, y no pudo confirmar ninguno.

Recordará seguramente Nadal este partido toda su vida, porque después de tener un cuadro más que asequible no pudo alcanzar la final de este grande, todo por culpa de un rival que le sacó de quicio y no le proporcionó el ritmo que el de Manacor necesita.

Ante un jugador que pega plano y bajo, no pudo moverle. Ante alguien que destroza con el servicio no pudo robárselo. Ante un oponente que falla en carrera, no logró desestabilizarle y beneficiarse de sus errores.

Cada golpe de Tsonga era una bofetada hiriente y cada volea suya de revés, a la media vuelta, un misterio, porque el jugador de Le Mans apenas dejaba la raqueta, y el golpe se convertía en una dejada mortal que hubiera firmado el mismo John McEnroe. Tsonga ganó 30 puntos en la red, y eso también contó.

A todo esto hay que añadir, que Tsonga estuvo contumaz con su servicio y que Nadal necesitó una hora y 31 minutos para disponer de los primeros puntos de rotura, tres seguidos. Fue en el segundo juego del segundo set, pero de nuevo el servicio del francés le salvó de una posible reacción de Nadal. Era imposible ante un rival como el de ayer.