Parece que Rafael Nadal, campeón, número uno del mundo y favorito a repetir título en París pese a su dudoso arranque en Roland Garros, va recuperando las buenas sensaciones sobre la tierra batida, terreno en el que se encuentra más cómodo. La particularidad de la nueva pelota que se estrena este año en París hizo que sus dos primeros partidos, ante rivales, en teoría, accesibles, fuesen dos auténticos calvarios. Esta mañana, el campeón mallorquín se ha metido en octavos de final, pasando a la segunda semana de París, con una contundente victoria en tres sets y 100 minutos de juego ante el croata Antonio Veic, número 227 del ranking mundial. Rafael Nadal venció, con autoridad, más soltura, esquinando mucho más la pelota y sintiéndose, desde el primer juego, dueño del partido (6-1, 6-3 y 6-0). Nada que ver, en efecto, con el viacrucis sufrido el primer día ante el gigante norteamericano John Isner y tampoco con el también complicado partido ante el español Pablo Andújar al que venció, sí, en tres rondas pero con mucho, demasiado, sufrimiento. El número uno del mundo se enfrentará ahora contra el vencedor del otro duelo hispano-croata del día entre Fernando Verdasco e Ivan Ljubicic.