Los delanteros cotizados son aquellos que, independientemente de sus cualidades, aseguran goles por temporada. No importa cómo sean esos tantos. Importan las cifras. Y cuántas más mejor. Eso mismo piensan de Rafa Carvajal (Almendralejo, 1985), conocido cariñosamente como ‘Rafanaldo’ y que, después de varios años desaparecido de las tablas de goleadores, ha vuelto a irrumpir con fuerza encabezando la reacción del modesto Aceuchal. Cinco goles en los últimos tres partidos de Rafa Carvajal han ayudado al cuadro piporro a abandonar el descenso, un hecho que no había ocurrido en toda la temporada.

Rafa lleva este año 14 goles, segundo máximo realizador del grupo a sólo uno de Luismi, el killer placentino. Lo curioso del almendralejense es que apenas ha sufrido evolución en su fútbol. Es el de siempre. El que parece que no hace nada, pero siempre está en el lugar exacto y en el momento oportuno para cazar el balón y meterlo en la jaula. Un verdadero cazagoles al que le ha acompañado siempre un fuerte sacrificio al servicio del equipo. «Soy el de siempre. He tenido la suerte de jugar habitualmente con bunos compañeros y ellos son los que me hacen bueno a mí», dice con modestia.

Rafa Carvajal está de vuelta. Más curtido y más veterano que aquel espigado ariete que besó la gloria con la camiseta de su Extremadura, «del que intento no perderme ningún partido». No en vano, sigue ostentando el privilegio de ser el segundo máximo goleador de la historia azulgrana, sólo por detrás de Willy.

Aquel sueño acabó en Segunda B, donde Rafa también lograría marcar cuatro goles en su primer y único año de bronce. Luego sería el Díter el que se aprovechó de sus goles y, más tarde, emprendió viaje a Baleares para jugar en el Peña Deportiva de Santa Eulalia y en el San Rafael. A la vuelta, las cosas se complicaron, el punta había perdido el sello que dejó en la Tercera extremeña y tuvo que vivir la desintegración del Díter en primera persona.

Este año, cuando en su mente planeaba la retirada para vivir más tranquilo junto a su pareja (Begoña) y su pequeño ‘Rafa Junior’, Cisqui le convenció para un último intento. Le había pedido profesionalidad y diversión, todo al mismo tiempo. Rafa aceptó el reto y, de momento, son 14 goles en el bolso, próximo a su mejor registro: los 19 del Extremadura. «Ahora se disfruta más de todo, pero más si los goles suman al equipo».