Ramón Morcillo es el segundo extremeño al frente de una federación nacional (el primero es José Hidalgo, que está en la de triatlón desde 1998) desde que el pasado 4 de septiembre fue elegido por unanimidad para presidir la Federación Española de Pádel (FEP). Desde entonces, ha vivido dos semanas muy intensas, en las que ha hablado con la práctica totalidad de los dirigentes de las territoriales con el objetivo de devolver la paz institucional a un deporte que ha vivido unos años demasiado convulsos. Esa labor institucional de ‘pacificación’ es el primero de los seis puntos del proyecto con el que ha llegado a la presidencia de la FEP, «un proyecto que no es personal, sino de todo un equipo que lleva mucho tiempo trabajando en él», dice.

Morcillo nació en 1966 en Larache, Marruecos, pero desde los diez años vive en Badajoz y se siente «plenamente extremeño». En el 2014 asumió la presidencia de la Federación Extremeña de Pádel y desde el 2016 compatibilizó ese cargo con el de secretario general de la española. Y aunque le apasiona el pádel, lo practica mucho menos de lo que le gustaría, confiesa. «Me queda poco tiempo para jugar».

Con él al frente de la territorial el pádel extremeño ha vivido el gran boom que ya se presagiaba años antes. «Podemos decir que la salud del pádel extremeño es muy buena. Tenemos unos menores con un nivel muy bueno. Tenemos campeones de España como Lorena Rufo o Pablo Cardona, y jugadores de mucho nivel, gente en la que se miran los menores de la región». Se refiere Morcillo a padelistas como Paula Josemaría, ganadora de dos pruebas del World Padel Tour, José Antonio García Diestro, Antonio Pincho Fernández, Javier Rodríguez, Teo Zapata, la propia Rufo o El Perú Cáceres Wellness como club, que compite en la máxima categoría del pádel nacional.

«Tenemos una buena federación, modélica en algunos casos», añade en referencia a la extremeña, de la que destaca su «gran programa de tecnificación» o el amplio calendario para todas las edades. «Evidentemente, hay que seguir trabando duro. Estoy seguro de que el equipo que se queda en la Federación Extremeña lo va a hacer muy bien».

Apostar por la FEP

Si la labor institucional es la primera de las líneas de su programa, el aspecto económico es la segunda, y no solo por la delicada situación que deja el covid. «Hay que empezar a moverse para atraer patrocinadores, marcas que quieran apostar por nosotros. Y para eso es fundamental que yaya un equilibrio institucional y nos vean como una federación que no tiene problemas con el resto de organismos».

La formación y la tecnificación es la tercera de las patas de su programa. «La formación debe ser buena, no solo de cursos de nivel 1, 2 o 3, sino una formación continua, tanto en monitores como en árbitros. Y también hacer una buena tecnificación, en nuestra base, que son los menores». No menos importante es el aspecto competitivo. Se lamenta Morcillo porque la FEP «tiene un calendario que incluso es menos amplio, menos importante, que el de algunas territoriales. Queremos hacer un calendario mucho más atractivo, más extenso, introducir nuevas pruebas. Ya estamos trabajando una nueva serie de modelos de campeonatos».

Modernizar la federación (adaptarla a la digitalización con una web más atractiva y una app fácil, «dar facilidades al usuario») y unas buenas relaciones con las federaciones autonómicas son los puntos cinco y seis de su proyecto. «En España hay 19 territoriales y constituyen la base de la federación. Para que la nacional funcione bien son importantes las relaciones con las autonómicas».

70.000 licencias

En un deporte con 70.000 licencias pero entre tres y cuatro millones de practicantes en España, las posibilidades de crecimiento son muchas, dentro y fuera del país. «Cada día el pádel tiene más expansión, en América, sobre todo en los países del sur; en Europa está avanzando mucho. Hay países como Suecia donde se están haciendo bien las cosas. Ojalá que lleguen a más. Y la FIP [la Federación Internacional] está haciendo todos los esfuerzos y los trabajos para llegar algún día a ser un deporte olímpico. No es fácil, pero se está trabajando en ello».

Destaca en ese desarrollo al World Padel Tour, «un circuito privado, en el que todos los jugadores se miran, al que todos quieren llegar». Las relaciones entre la FEP y el WPT son «correctas», pero cree Morcillo que «a partir de ahora van a ser mejores y llegaremos a muchos puntos de entendimiento y de colaboración, no puede ser de otra manera, ellos tienen el mejor circuito profesional del mundo. Nosotros tenemos la base y ellos el circuito donde todos quieren llegar. El objetivo común es el mismo, el bien del pádel, y estoy convencido de que nos vamos a entender».

Buen conocedor de todos los problemas de la Federación Española de Pádel («creo que ese ha sido mi mejor aval») Ramón Morcillo tiene ahora por delante un gran trabajo que encara con entusiasmo y con ganas de dar lo mejor de sí mismo.