El danés Michael Rasmussen, del equipo Rabobank, firmó la hazaña en la primera etapa de montaña de la Vuelta con final en Cauterets (Francia) y se impuso en solitario en una jornada en la que los favoritos entraron en un pañuelo e isidro Nozal, aún sufriendo, mantuvo el maillot de líder.

Rasmussen, un ex campeón del mundo de bicicleta de montaña de 29 años, tiene tomada la medida a las pruebas españolas, a pesar de que tan solo cumple su tercera temporada como profesional en ciclismo de ruta. Ganó el año pasado una etapa en la Vuelta a Burgos (Lagunas de Neila), y ahora vuelve a alzar los brazos, pero en la Vuelta, donde coronó la mítica cima de Cauterets, la misma donde Indurain se estrenó en el Tour en 1989.

En una jornada en la que los favoritos entraron todos en poco más de un minuto, la monotonía final solo la rompió Rasmussen, con un esfuerzo en solitario de 10 kms que pudo concretar con un tiempo de 5h.01.14, después de cubrir los 190 que separaban Huesca y Cauterets.

La segunda plaza fue para el combativo colombiano del Labarca-2 Félix Cárdenas, siempre en cualquier refriega, a 55 segundos del vencedor, y la tercera para el sorprendente Manuel "Triqui" Beltrán, enorme en la contrarreloj de Zaragoza y con fuerzas todavía para escalar, después de la paliza que se dio en el Tour al servicio de Armstrong.

El jiennense cruzó la línea con cara de sufrimiento a 59 segundos, y aún pudo meter algunos segundos a Luis Pérez, otro jabato, Unai Osa y el italiano Dario Frigo.

Desde Mancebo, séptimo a 1.24 a Sevilla, vigésimo primero a 2.30, tan sólo 1.06 que aglutinó a Roberto Heras, Aitor González, Igor González y Alejandro Valverde, éste último pidiendo paso como jefe del Kelme.

Nozal sufrió una verdadera tortura en el ascenso a Cauterets. Rodó solo y en silencio pensando que podría perder el maillot oro de sus sueños, pero como sus rivales tampoco volaron por las cumbres, salió de líder por cuarto día consecutivo. Ahora tiene a Beltrán cerca a 55 segundos y a su jefe de filas, Igor González, tercero a 1.21.

Hubo batalla, y fuerte, en el Col del Aubisque. Dos ataques de Luis Pérez sembraron el pánico en el seno del ONCE. Heras se pegó al madrileño en la subida y junto a un pequeño grupo en el que también estaban los españoles Valverde y Aitor Osa, abrieron un minuto de diferencia.

PERSECUCION

Le tocó trabajar al ONCE con el líder en cabeza en labores de persecución. Igor González a su lado y otros en proceso de desaparición, como Sevilla, siempre padeciendo, y Aitor González, quien al final salvó la cara. De Casero poco se supo. Nunca entró en carrera.

Nozal tomó el mando una vez superado el descenso del Aubisque. El cántabro se puso a tirar como si de la contrarreloj de Zaragoza se tratase. Todo el mundo en fila a la busca y captura de Heras y compañía, cuyo grupo iba cediendo al impulso del tren amarillo del ONCE. A 14 kms de meta cumplieron el objetivo.

La historia por delante discutía otro negocio. Rasmussen y Aitor Osa abrían la carrera con un duelo particular que estrenaron a 23 kms de meta. El danés, sobrado de fuerza, decidió conseguir el sueño de su vida en la cima.