España destila buen rollo. La marcha de Hierro ha cambiado muchas cosas. Raúl manda, es cierto, pero lo hace con otro estilo. Con un talante más abierto que demuestra cómo ha madurado. Ejerce de líder pero sabe que en esta selección nada es posible sin la fuerza de los jóvenes. Por eso el capitán encontró, el sábado, la mejor forma de unir a las dos generaciones. Propuso al grupo escuchar el himno español, por primera vez en la historia, con los jugadores entrelazados por los hombros. Todos aceptaron. "Es un abrazo que fortalece la unidad. Es muy bonito ver la amistad, la confianza y la alegría que se respira en este equipo", asegura Raúl. "Todo el mundo me dice que ha sido impactante. Y yo me alegro, porque de verdad, esa imagen que dimos al mundo es lo que realmente hay en este grupo de internacionales", explica.