Rafael Nadal no defenderá el título en el Abierto de Estados Unidos y perderá la primera opción de igualar a Roger Federer con 20 Grand Slams. El número 2 mundial se reserva para la defensa de sus títulos en Roma y Roland Garros, donde aspira a conquistar su 13 título e igualar el récord del campeón suizo, ausente toda esta temporada. Nadal ha explicado su decisión por la situación mundial de la pandemia del coronavirus y siguiendo su "corazón" antes que la "cabeza", aunque en su entorno se sabía desde hace tiempo que el tenista evitaría la gira americana.

Desde que el pasado 16 de marzo se paralizó el tenis mundial, Nadal se ha mostrado muy negativo sobre las posibilidades de reanudar la temporada 2020. El número 2 mundial, a diferencia de otros tenistas, no ha participado en esos cinco meses en ninguna competición o exhibición y solo, el último mes, se le ha visto entrenar en su academia de Manacor, siempre en pistas de tierra batida, o participar en el campeonato balear de golf, su otra pasión, en el que acabó cuarto de esa competición el pasado fin de semana.

El pasado mes de junio en unas declaraciones de Toni Nadal, su tío y exentrenador, ya mostraba sus dudas ante la presencia de Nadal en Estados Unidos en septiembre. No sé si irá al US Open. Lo discutí con él y él dudaba de su presencia. Me habló sobre el calendario, lo que me parece malo porque es casi poco práctico para jugadores experimentados como él, Djokovic o Federer", confesaba entonces el técnico mallorquín.

RAZONES DE LA DECISIÓN

Nadal había confirmado su retorno en el Mutua Open de Madrid, suspendido el mismo día que el mallorquín renunciaba a la gira americana. El número 2 mundial nunca ha estado de acuerdo con el calendario de la ATP que ha concentrado en en menos de dos meses tres Masters 1.000 (Cincinnati, Madrid y Roma) y dos Grand Slams (Abierto de EEUU y Roland Garros), sin tiempo para el descanso, con cambios de superficie y ninguna opción de recuperación física.

"Tras cuatro meses sin jugar es una barbaridad", recalcó como una de las razones de su decisión de no viajar a Nueva York. Nadal prefiere concentrarse en la gira europea de tierra donde defenderá los títulos de Roma y Roland Garros. La posibilidad de no perder los puntos conseguidos el año pasado le permiten tomar esa decisión con más tranquilidad.

Nadal ha valorado la situación tras pensarlo mucho y sabiendo también el sacrificio que supondría para su salud física su presencia en Nueva York. Decidiré lo mejor para mi cuerpo había dicho hace unos meses cuando se le preguntaba por su retorno.

UN PROTOCOLO MUY DURO

El duro protocolo que ha presentado a los jugadores la federación estadounidense (USTA) para conseguir la burbuja de protección ante el coronavirus tampoco han ayudado a cambiar la opinión de Nadal.

Tanto para el Masters 1.000 de Cincinnati como para el Abierto de Estados Unidos a los tenistas solo se les permite viajar a Nueva York con tres personas más que pueden ser familiares o miembros de su equipo técnico. En los Grand Slams el número 2 viaja con un cuerpo técnico mínimo de cuato personas, su entrenador Carlos Moyà o Francis Roig, su preparador físico Rafael Maymó, su mánager Carlos Costa y su jefe de prensa, Benito Pérez Barbadillo, además de su mujer Maria Perelló, sus padres y su hermana, como mínimo.

La organización tiene previsto facilitar a los tenistas dos habitaciones en los hoteles oficiales de los torneos o alojarse en una vivienda privada, como hacen en Wimbledon, pero en ese caso con la obligación de hacerse cargo de todos los costes de la seguridad que será de 24 horas y controlada por la USTA. En ese último caso los jugadores no podrán recibir visitas de personas que no formen parte del entorno y, si eso sucede, serán automáticamente descalificados.

Tampoco se sabe si los tenistas deberán pasar cuarentena en Estados Unidos para poder viajar a los torneos europeos, una condición fundamental que Novak Djokovic, inscrito en la gira americana, ha expuesto fundamental para que los tenistas decidan acudir o no a Nueva York.

CONTROLES EXHAUSTIVOS

Todas las personas que acudan a los dos torneos se someterán a una prueba de PCR antes del inicio de la competición que se repetirá a las 48 horas para confirmar los resultados de la primera. Los jugadores que den negativo, pero que ya han pasado la enfermedad (caso de Djokovic, por ejemplo), deberán someterse a pruebas cada cuatro días y los que no la han pasado cada siete días.

Si un tenista abandona las instalaciones sin permiso médico o del director del torneo será inmediatamente expulsado de la competición y multado, pero recibirá los puntos del último partido que hubiera jugado. Si quien abandona la instalación sin permiso es un miembro del equipo del tenista, dicha persona deberá abandonar las instalaciones en un plazo de 24 horas, será multado y se quedará sin la acreditación para la edición del 2021.

La USTA aún no ha decidido cúal debería ser el número de positivos que provocarían su cancelación automática, sea cual sea la ronda y la competición en juego.