A la espera de que no se crucen sus caminos en la Liga de Campeones, la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey depara el clásico de mayor trascendencia para un Real Madrid que se juega ante su eterno enemigo dos competiciones en cuatro días y un Barcelona que quiere extender su dominio en la competición.

Dejará huella el clásico para Real Madrid y Barcelona. Los de Santiago Solari en una Copa del Rey a la que esta campaña sí se le concedió importancia, como el camino más corto a un título en un curso repleto de irregularidad. Dos duelos ante el eterno rival que marcarán el camino con la opción de quedar sin opciones en dos competiciones y tener que jugarse el todo o nada, un año más, a su torneo predilecto, la Liga de Campeones.

Para los de Ernesto Valverde un torneo que ha ido ganando importancia en su actual edición según se fueron superando barreras. En principio, la eliminación de la última Liga de Campeones con el desgaste físico mostrado en Roma, invitaba a no realizar excesos. Pero un grupo liderado por un ganador natural como Leo Messi no entiende de tirar competiciones. Remontaron al Sevilla y ahora quieren extender su dominio abrumador copero, con LaLiga prácticamente en el bolsillo gracias a su regularidad.

En una década de asaltos del Barcelona al Bernabéu con recitales de Messi, hasta nueve victorias en 16 encuentros en todas las competiciones por solo cuatro triunfos madridistas, los de Solari quieren voltear la historia y acceder a la final de Sevilla, ciudad donde derrotó precisamente al conjunto azulgrana en su última conquista copera, en 2013.

Solari tomará decisiones que marcarán su personalidad como técnico. La indisciplina en público de Gareth Bale, que se negó a seguir calentando en el Ciutat de València y a celebrar su gol con compañeros, deja al técnico argentino en una encrucijada. Con Isco no le tembló el pulso pero ahora necesita al galés, al que incluso medita incluir en el equipo titular. Sería en detrimento de Lucas Vázquez ya que Vinicius es ya pieza intocable.

CON KEYLOR / La portería la ocupará Keylor Navas, quien sabe si en su último partido del curso a no ser que Solari le de alguno de Liga si el Real Madrid avanza en ‘Champions’, y el capitán Sergio Ramos regresa a la zaga cumplida su sanción. Son los dos cambios fijos que se esperan en un equipo que puede retocar su ataque y con una duda por despejar en el lateral izquierdo. Marcelo tendrá la oportunidad en un clásico. Todo apunta a que el liguero que es de menor trascendencia.

El Barcelona se acogerá al gran momento de Messi y a su monopolio en la Copa del Rey -cuatro títulos consecutivos- para continuar vivo. El dominio azulgrana en esta competición es abrumador, con seis títulos en la última década y 23 eliminatorias a doble partido superadas en la Copa. De hecho, el Real Madrid fue el último que lo apeó de la competición del k.o., en una eliminatoria en la que los madridistas solo empataron en la ida jugada en su casa (1-1), pero le dieron la vuelta en el Camp Nou (1-3).

Ahora, la situación es a la inversa, en la ida el Barça empató con el mismo resultado y, teóricamente, la ventaja es del equipo de Solari, que afronta a la vuelta en casa, aunque, claro, todo se tiene que medir en función del ‘factor Messi’. Y es que al argentino se le da especialmente bien el Bernabéu, donde en 19 partidos ha hecho 15 goles. Messi demostró ante el Sevilla que se ha recuperado... y a lo grande.