Hay días que se graban en la memoria de una forma muy especial. Para Manuel Lolo Guerrero (Sevilla, 7 de julio del 1987) ese día es el 28 de junio del 2009, cuando consiguió su primer ascenso a Segunda B. Entonces jugaba en el Cacereño, equipo al que se enfrentará el domingo (Príncipe Felipe, 12.00 h.) defendiendo la camiseta del Villanovense, con quien la temporada pasada volvió a lograr el ascenso a la categoría de bronce, que, aunque "muy bonito", ya no fue tan especial, pues no era el primero.

Lolo Guerrero, que volverá el domingo tras un partido de sanción, cuenta que no olvida aquel año en el Cacereño. Procedente de las categorías inferiores del Betis, era su primera temporada en Tercera. "Fue un año inolvidable, muy bonito, en el que además jugué bastante. Todos éramos nuevos y había muy buena sintonía".

De este futbolista sevillano cuentan que era el animador del vestuario, el Pepe Reina del Cacereño. "Bueno, entonces sí, pero ahora ya estoy más tranquilo", dice entre risas, "ahora tengo novia y ya he asentado la cabeza".

De aquella etapa, añade, guarda muchos recuerdos y buenos amigos, como Gonzalo y Rubén Jurado. Con ellos convivió y ahora conserva los lazos: "Gonzalo es como un hermano para mí y con Rubén, que ahora juega en la Segunda B de Polonia, también sigo en contacto". Al primero se enfrentará el domingo, pues parece que se ha convertido en un fijo en los esquemas de Braojos.

Pero no todo son alegrías. De su paso por el Cacereño tiene clavada una "espinita" --no renovó con el equipo --y espera sacársela el domingo. De Cáceres se fue a Los Barrios y de ahí al Villanovense, donde el año pasado fue un fijo para Jaime Molina y ahora lo es para Adolfo Muñoz.

Margen de mejora

Su color sigue siendo el verde, pero el de las Vegas Altas del Guadiana. "Espero que el domingo ganemos, pero también quiero que al final el Cacereño se salve", dice con diplomacia. Para lograr ese objetivo reconoce que será "muy importante" que salgan concentrados desde el principio "para no cometer los mismo errores que el pasado domingo ante la Balona". Sobre el discreto arranque de su equipo --igual que el del resto de representantes extremeños-- asegura que deben mejorar, ser más contundentes, "pero hay tiempo, sobre todo si los árbitros nos respetan", se queja. En cuanto al rival, reconoce que aún no lo ha visto jugar, pero dice es fuerte, "aunque le falta gol. Pero mejor no hablo, porque basta que yo lo diga para que el domingo lo recuperen", vuelve a decir entre risas.