El Cáceres 2016 recuperará un arma --poco secreta, eso sí-- mañana en Huesca. Quizás como maniobra disuasoria hacia el rival o para dar confianza a su hinchada, el club se apresuró ayer a anunciar que Francis Sánchez volverá a la pista, superada por completo la contractura en la espalda que le impidió jugar ante el Obradoiro el pasado miércoles.

El alero malagueño hasta fue entrevistado en la web oficial del club y no dio cancha a ninguna ambigüedad: "Tengo una buena sensación y estaré siempre que el entrenador me necesite", dijo. Gustavo Aranzana, no hace falta ni preguntárselo, necesitará al que es su mejor anotador (16 puntos por partido) y triplista más peligroso... justo en el momento en el que el bajo porcentaje en el tiro exterior del equipo ha ganado enteros en el debate.

Como resaltó ayer este diario, el Cáceres 2016 está en un paupérrimo 19.7% en triples. El dato parece que también lo manejan con rabia en el vestuario. "Está claro que a poco que acertemos tiene que mejorar", dijo Sánchez, que no se dejó en el tintero su cierta retranca andaluza característica. "De todos modos, firmo tener el peor porcentaje de la liga y seguir ganando", indicó con una sonrisa en la boca.

Algo más serio, también añadió que al Huesca "hay que respetarle igual que al Obradoiro" y que es un "rival complicado, que llega después de perder por dos puntos en la pista del Melilla, y en el que aportan todos". Según afirmó, lo que más problemas puede dar son sus pívots, "pequeños y móviles. Si se abren, nos pueden hacer daño".

También pidió que el partido del Obradoiro "hay que olvidarlo", considerando exagerada la derrota final por 54-74. "Se juntó un poco todo", resumió.

Regreso al debut ACB

El de Huesca será un encuentro con connotaciones especiales para el otro alero titular del equipo, Lucio Angulo, cuyos primeros minutos en la Liga ACB los jugó en el Huesca nada menos que en la temporada 93-94, cuando fue cedido por el CAI Zaragoza. Hace no mucho, Angulo recordaba que entonces había defendido al mítico Epi y que la temporada pasada lo hizo con su hijo Edgar, jugador del Cornellá.

En un recorrido algo similar al que tendría luego el baloncesto cacereño, el club aragonés lleva tiempo alejado de la máxima categoría y ha estado cerca de la desaparición en varias ocasiones. Ahora vive un resurgimiento, aunque sus aspiraciones en la LEB Oro, a la que accedió con brillantez la temporada pasada, son simplemente mantenerse. Cáceres y Huesca ya cruzaron sus caminos hace tres años, aunque en LEB Plata. El equipo de Gustavo Aranzana afronta un viaje poco cómodo hasta el Pirineo en autobús. Saldrá a las 11.00 horas de hoy y tiene previsto llegar a las 20.30.