Tras cinco meses enjaulado, la pantera Juanfran Ortiz (Almendralejo, 1994) vuelve a campar por los campos de Extremadura. «He visto la jugada 20 veces repetida. Supe rápidamente que era algo grave, porque noté una sensación que no había tenido nunca», narra el guardameta del Aceuchal.

En concreto, 154 días apartados de su pasión: el fútbol. Y en ese tiempo, la suerte no ha sonreído al Aceuchal. «En este tiempo he sentido impotencia, porque no podía ayudar al equipo. A muchos compañeros, que salían del partido jodidos, les consolaba diciendo que ellos, al menos, podían jugar», dice Ortiz entre risas.

Y con Juanfran Ortiz de nuevo al servicio del Aceuchal, el equipo piporro volvió a ganar. «Sabíamos que nuestro sitio no era el de inicio de liga -el Aceuchal estuvo seis jornadas en play off«-, pero tampoco creo que sea en el que estamos ahora. La victoria ante el Valdelacalzada supuso un alivio para todos», confiesa. La derrota llama al pesimismo. «A nadie le gusta perder, y creo que pocos jugadores de los que estamos en el Aceuchal hemos estado en esta situación. Cuando entras en ese bucle es difícil salir, espero que esta victoria [la de Valdelacalzada] suponga un punto de inflexión», desea el portero. De momento parece que así ha sido, porque tras superar al ‘farolillo rojo’ a domicilio, el Aceuchal sumó un empate en su campo contra el Diocesano el pasado domingo, aunque no le ha servido para salir de los puestos de descenso.

Cambios y futuro

El verano de Juanfran Ortiz fue bastante movido. De La Roda al Jerez y, finalmente, al Aceuchal. «Este verano, por temas laborales, volví a Almendralejo y por eso tuve que venirme de La Roda. Luego surgió la opción del Jerez, que era bastante interesante, pero llegaba a las tantas a casa y la carretera se hace larga», explica.

Entonces, llegó el Aceuchal. «Esos fueron los motivos principales, entonces antes de alargar la cosa prefería dejarlo y surgió la opción de venir al Aceuchal. Hablé con el míster y la verdad estoy muy contento en esta familia, aunque no he podido aportar mucho por la lesión», reconoce el meta.

Y el futuro, que ya es presente, es volver a ponerse bajo palos. «Eso tendrá que decidirlo el míster», admite con una sonrisilla que le delata. Quiere volver cuanto antes. La próxima oportunidad será este fin de semana ante el Llerenense. La última palabra la tiene ‘Cisqui’.

«Son etapas que hay que quemar. Ya tengo el alta competitiva y llevo entrenando con el grupo cuatro semanas, pero el salto de la competición es importante. Es el último escalón que queda por cumplir y ojalá no sea muy tarde», anhela el guardameta almendralejense. La pantera anda suelta.