El nuevo segundo entrenador del Cacereño, Juan Carlos Paniagua, afronta con ilusión su tercera temporada --las dos anteriores fueron en su etapa como jugador-- sentado en el banquillo del estadio Príncipe Felipe. Esta vez como ayudante del técnico del ascenso, Angel Alcázar, y, además, ocupándose de las labores de delegado de equipo.

La afición del Cacereño conoce bien a Paniagua. El jugador, natural de Navalmoral de la Mata, pasó por las filas del club verde después de jugar en el Moralo. Más tarde recaló en el Extremadura donde empezó a destacar por su juego y en el verano de 1991 va a parar al Toledo, en el que milita tres temporadas y con el que llega a disputar la promoción a Primera División en la temporada 93-94 con resultado desfavorable para los manchegos.

Paso por Primera

El Toledo no consiguió ascender. Paniagua sí subió a la categoría reina del fútbol español fichando por el Compostela. Jugó dos temporadas en Primera División --ambas con los gallegos-- en las que disputó 27 partidos en total. El estadio de Balaidos presenció su debut en un derbi gallego en el que el Compostela se impuso por 1-2 al Celta.

Posteriormente su carrera futbolística lo llevó al Almería y al Levante, ambos en Segunda, para volver al Cáceres justo antes de retirarse en el Villanovense en la campaña 00-01.

Transmitiendo saber

En esta nueva experiencia dentro del fútbol, Paniagua quiere transmitir todos lo que sabe de este deporte a los chicos de Alcázar. "De momento estoy de ayudante del míster y trato, de vez en cuando, de darle consejos a los jugadores y aportar lo que sé". De su paso por el equipo compostelano, el técnico recuerda las enseñanzas de Fernando Vázquez y lo define como un "estudioso" del fútbol con el que aprendió "mucho de tácticas y estrategias", pero señala que "de todo el mundo se aprende algo".

Paniagua cierra filas en torno a Alcázar y coincide con él en que los objetivos para este año son "consolidarse en la categoría". El segundo entrenador es realista y sabe que el cuerpo técnico tiene que salir adelante con lo que hay. Aún así, considera que "la ilusión siempre se tiene y si se trabaja bien se pueden cumplir los objetivos", y añade que "lo que no puede ser es que Cáceres tenga a su equipo en Tercera División, se merece estar de Segunda B para arriba".