El ceutí Regino Hernández, afincado desde niño en Mijas (Málaga) y de bronce en snowboard boardercross en los Juegos Olímpicos de Invierno en PyeongChang (Corea del Sur), declaró a su llegada a Madrid que con este metal, el primero en 26 años del deporte de invierno español, ha «hecho historia» para el país y su deporte.

«Muy contento, he conseguido hacer historia para nuestro país y nuestro deporte, es increíble», aseguró un radiante Regino Hernández a su llegada al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde fue recibido por familiares y amigos, y jaleado por decenas de personas en la terminal.

Su medalla olímpica fue la primera en 26 años para el deporte español, y la lograda por el patinador Javier Fernández, de bronce, convierte estos Juegos en los más exitosos de la historia para España, que con dos metales iguala la cifra que tenía hasta ahora en toda su historia, los obtenidos por los hermanos Fernández Ochoa.

«Javi se lo merecía desde hace tiempo, fue cuarto en Sochi 2014, lleva seis campeonatos de Europa, dos del mundo... Estaba claro que este año tenía que conseguirlo sí o sí, y de verdad ha sido increíble conseguir dos medallas en unos Juegos, que es lo mismo que teníamos antes en toda la historia», resaltó Regino.

El medallista ceutí apuntó que una de las claves de que España haya tenido tan pocos resultados en deportes invernales se debe a que la «cultura de nieve en nuestro país no es de competición».

Además dijo que su medalla tiene «varias dedicatorias», a su amigo Ángel, que era «como un hermano mayor» para él, y a Israel Planas, entrenador del equipo de boardercross español fallecido hace un año.

El tatuaje

El ‘rider’ ceutí explicó que el viaje ha ido «mejor imposible», ya que la aerolínea en la que viajaba les permitió viajar en la categoría ‘Business’ y reconoció que ahora le toca «cumplir un par de apuestas» pero está «orgulloso de cumplirlas», entre ellas tatuarse la cara de su ‘skiman’, la persona que prepara las tablas.

También agradeció el apoyo que ha recibido de los aficionados españoles. «Ha sido increíble el apoyo por redes sociales y la difusión que ha tenido», señaló.

No obstante, ahora no tendrá mucho tiempo de descanso, ya que en unos días afrontará las siguientes pruebas de la Copa del Mundo, la próxima en La Molina (Girona). «Nos quedan tres pruebas, voy séptimo en el ránking, así que a seguir subiendo escalones (...) En ocho días, vamos a La Molina, de ahí a Rusia, de Rusia a Suiza y luego sí habrá parón», relató.

Los familiares y amigos de Regino lo recibieron con banderas españolas y barbas negras postizas en homenaje a la icónica barba del medallista ceutí, entre ellos su novia, Elena Aragón, que explicó a Efe que vivió la medalla «muy intensamente y con mucha alegría».