Todo el paddock creía en el milagro, en la gesta. ¿Por qué? "Porque estamos hablando de Marc Márquez, un auténtico prodigio", dijo, sobre la misma línea de salida, el italiano Giampiero Sacchi, descubridor de Valentino Rossi y padrino de Jorge Lorenzo en sus inicios en Derbi. Nadie, absolutamente nadie, dudaba de la capacidad del campeón de Cervera para conseguir, en la línea de lo protagonizado el pasado año en Portugal (salió el último, el 17º, en el GP de 125cc y los ganó a todos, incluidos Nico Terol y Pol Espargaró), una nueva remontada que, aunque no le permitió mantener el liderato de Moto2 (aventajaba solo por un punto al alemán Stefan Bradl), le sirvió, al menos, para reducir los daños provocados por un nuevo pecado de juventud, de ímpetu, y salvar los muebles de su embestida el viernes al tailandés Ratthapark Wilairot.

"Cuando me coloqué al final de la parrilla, cuando vi delante una nube de pilotos, 37, casi no encontré hueco para ver el semáforo. Pensé: 'Uf, no te queda nada, Marc'". Apagarse las luces, huir Bradl en busca de la cabeza y empezar Márquez su vuelo hacia la gloria. O casi. En la primera vuelta sucumbieron ante su ímpetu, sus manos, su habilidad y su reconstruida Suter (gracias al chasis 2012 que le prestó Aspar) 18 pilotos. "Fue una salida y una vuelta de vértigo, de miedo, de susto, pues en la primera curva se cayeron dos y, en la segunda, dos más. Y yo, a tope". Y eso que Emilio Alzamora, su mánager, y Santi Hernández, su técnico, le avisaron: "Acabando en los puntos, entre los 15 primeros, seremos felices". ¿Quién se atreve a decirle eso a Marc Márquez?

Bradl se fue con Alex de Angelis, ganador el pasado año en Australia, en busca de la victoria. Márquez seguía retorciendo el puño derecho. En la segunda vuelta, cayó Kallio. Inicio bestial, ejemplar, temible. En la tercera, Aegerter. En la cuarta, el mismísmo Iannone, ganador de tres carreras este año. En la sexta, Márquez hizo un interior suicida al temible y agresivo Sofuoglu. Ya era 10º.

BRADL, ASUSTADO Quedaban 19 vueltas y al jefe de Bradl no se le ocurrió otra cosa que enseñarle la pizarra a su pupilo con el aviso: "MAQ 10". Que viene, que viene, que llega. "Yo creía --reconoció luego el alemán-- que Marc acabaría, como mucho, quinto pero nunca en el podio, la verdad". Y, tras el as turco, vino el duelo con un espectacular, prodigioso y batallador Pol Espargaró, que acabaría quinto. Y, luego, Luthi. Y, más tarde, Redding. Y, al final, el modesto Corti. "Cuando me vi peleando con Corti por el podio, por la tercera plaza, pensé 'atento, Marc, que Corti no tiene nada que perder y busca el podio de su vida'. Así que, en cuanto pude, lo pasé y me consolidé en la tercera plaza. Eso sí, mi agresividad, la remontada, me dejó sin neumáticos para intentar alcanzar a Bradl y De Angelis. Habría sido demasiado".

Hubo, claro, una segunda pizarra para Bradl: "MAQ 3". Increíble para el alemán, que persiguió tanto y tan arriesgadamente la victoria que, en la última vuelta, cuando De Angelis, que lo había estado estudiando durante 20 giros, lo fulminó con un interior, se lo quiso devolver y por poco se van al suelo los dos. La rueda delantera de Bradl chocó con la trasera de la Motobi del sanmariense y por poco le regala el título al campeón de Cervera.

FINAL DE INFARTO De Angelis estuvo acompañado en el podio por Bradl y Márquez, separados ahora por tres puntos cuando restan por disputarse 50 (Malasia y Valencia). "Este chico no deja de sorprendernos", dijo Alzamora, que, a falta de 10 vueltas, le enseñó la pizarra con "P3 OK".

Sepang y Cheste dictarán sentencia definitiva. Bradl sigue sin ganar y Márquez continúan admirando al mundo. Mientras, Casey Stoner campeonó ayer en Phillip Island. Nico Terol, sexto ayer ("no quise arriesgar ni un pelo"), ganará su primer título el domingo en Malasia solo con quedar por delante de Johann Zarco. Y el mago Márquez, como hizo el año pasado, esperará a Cheste. Su lugar favorito.