El graining (granulación) puede hacer perder a un piloto varias posiciones. Es una de las dos enfermedades --junto al blistering (formación de ampollas)-- que destruye las gomas de un F-1. Los neumáticos se pelan por la fricción excesiva. Afecta a los delanteros en giros de alta velocidad, cuando con la goma del lado externo se desprende de la banda de rodamiento acumulándose en toda la superficie. Y en los traseros a la salida de curvas. Los granos que reducen la adherencia.

Para evitarlo, los pilotos deben ser extremadamente suaves en las primeras vueltas, o sea, en la salida y al volver a pista después de los repostajes, justo cuando hay más posibilidades de adelantar. Puede haber otra solución. O eso creen en Renault a instancias de Fernando Alonso. Tanto él como Nelsinho Piquet desgastaron ayer a muy baja velocidad dos juegos de neumáticos que usarán hoy con el objetivo de quitar esa primera capa que se granula. Los neumáticos se han guardado en fundas a 80 grados "y se van horneando como un pan para hacerlos más consistentes. Es algo que nunca se ha hecho en F-1", comenta Marc Gené.

En Renault constataron su eficacia cuando Piquet calentó muy suavemente sus gomas tras el coche de seguridad en el GP de Alemania. Alonso sugirió repetirlo para mejorar la séptima plaza de ayer. "A ver si es un camino a seguir y los demás no lo hacen", rezó el asturiano. Es este tipo de innovaciones las que encandilan a Ross Brawn, que quiere llevarse al asturiano a Honda. "Alonso es el mejor piloto del mundo, te garantiza tres décimas más, es honesto, se implica. Espero poder ficharle", apunta. "Es el mejor ingeniero, ¿no?", contestó ayer Alonso. "El sí que sabe", añadió. Pero el anhelo de Alonso es ir a Ferrari en 2010. "Y yo lo entiendo", dice Brawn.