El Gobierno de la República Federal de Alemania fomentó y financió, de manera sistemática, programas de dopaje para incrementar el rendimiento y los éxitos internacionales de sus deportistas, según publica hoy el diario alemán Süddeutsche Zeitung, que cita un estudio elaborado por la universidad Humboldt de Berlín.

Según el estudio, los programas de dopaje "sistemático y organizado" se desarrollaron, por lo menos, desde principios de la década de los 70, aunque se mencionan ejemplos anteriores. La investigación fue promovida en 2008 por el Instituto Federal de Deportes, la misma institución señalada como encargada de fomentar el dopaje tras su fundación en 1970. Concluyó en abril de este año, pero todavía se discute si el volumen de 800 páginas, titulado El dopaje en Alemania desde 1950 hasta hoy, debe ser publicado o no, ya que en él se mencionan nombres de médicos, políticos y deportistas, que podrían demandar a los autores. En cuanto a la financiación del programa, el trabajo asegura desconocer su coste total, aunque aporta la cifra de 10 millones de marcos públicos (unos 5 millones de euros), en centros de investigación en Colonia, Saarbrücken y Friburgo.

El trabajo de la universidad se basa en análisis de archivos, testimonios de testigos, expertos en medicina del deporte, entrenadores, funcionarios y periodistas, y demuestra que las autoridades deportivas fomentaban el uso de sustancias como estrógenos, testosterona, anfetaminas o anabolizantes. El estudio asegura que esta política deportiva no se puso en práctica como reacción al sistema que se utilizaba en la República Democrática, pero es un hecho conocido que las dos Alemanias rivalizaban en todo.

Según el estudio, el dopaje se practicaba en la mayoría de disciplinas deportivas y, como caso llamativo, asegura que sólo en los Juegos Olímpicos de 1976 en Montreal, se inyectaron 1.200 dosis de Kolbe, llamado así en referencia al remero alemán Peter Michael Kolbe.

Dopaje en el fútbol

El fútbol se vio también afectado por esta práctica a gran escala; el Süddeutsche Zeitung menciona a la selección alemana que ganó el Mundial de 1954 y a la que jugó la final de Londres de 1966. En estos casos, la sustancia más utilizada era Pervitin, una metanfetamina que el ejército de Adolf Hitler ya suministraba a los soldados durante la II Guerra Mundial para combatir la fatiga. En los casos citados, Alemania alegó que sus jugadores tomaban vitamina C, una afirmación que el estudio pone en duda. El estudio afirma que el entrenador Max Merkel fomentaba el uso de esta anfetamina, especialmente, cuando entrenaba al Borussia Dortmund, en 1961. Merkel, fallecido en el año 2006, fue entrenador del Sevilla y del Atlético a principios de los 70.

El trabajo de la universidad Humboldt de Berlín puede terminar con el mito de que el dopaje generalizado era solo una práctica utilizada en la extinta República Democrática de Alemania (RDA), especialmente, en atletismo y natación. Una de las mejores atletas de la historia, la alemana oriental Marita Koch, estuvo siempre bajo sospecha, pero nunca se pudo probar que utilizó el dopaje para incrementar un rendimiento extraordinario que la llevó a establecer el récord mundial de los 400 metros lisos en 47.60 en 1985. Una marca que todavía no ha sido batida. La campeona olímpica de Londres 2012, Sanya Richards, ganó la prueba con 49.55 segundos.