Para hoy por la mañana está prevista la comparecencia de Konstadino Kenteris y Ekaterini Thanou ante la Comisión Disciplinaria del COI. Pero casi todo el mundo en Atenas duda de que los dos velocistas vayan a presentarse ante dicha Comisión y da por hecho que ambos seguirán escurriendo el bulto. Todo parece indicar que será su abogado, Michalis Dimitrakopoulos, quien les represente para ofrecer explicaciones.

Toda la prensa griega seguía haciéndose eco en sus portadas de ayer del escándalo Kenteris-Thanou. En ocasiones con grandes titulares en caracteres rojos, y con frases tan contundentes como "Culpables", "Drama nacional" o "Hacia la expulsión". La sociedad helena sigue consternada ante la aparición de nuevos detalles que revelan una trama más cercana a un thriller que a la simple crónica deportiva.

GORRA DE CAMUFLAJE Las declaraciones de Manolis Kolimbalis, segundo jefe del equipo griego, al diario deportivo Sportime han acabado por agotar la escasa credibilidad que le quedaba a la pareja de velocistas y, sobre todo, a su entrenador, Christos Tsecos. Kolimbalis asegura haber advertido a Kenteris y a Thanou de que iban a ser requeridos para el control de sus muestras de orina y sangre.

"A las cuatro y cuarto de la tarde del jueves les entregué las llaves de sus apartamentos en la Villa Olímpica y les dije que me avisaran si tenían que ausentarse", relata. El responsable del equipo griego asegura que vio "el miedo reflejado en sus rostros" cuando les comunicó que un representante del CIO les buscaba para realizar un control antidopaje. "Estaban atemorizados -- explica Kolimbalis-- y llevaban una gorra calada hasta las orejas para no ser identificados. Contra su costumbre, no quisieron firmar autógrafos a los voluntarios. Cuando le pregunté a Thanou el porqué de su comportamiento me contestó que no sabía qué querían de ellos, y que por qué les hacían eso".

Según el relato de Kolimbalis, el miembro del CIO se presentó a las seis y media de la tarde y cuando le acompañó hasta los apartamentos de los dos atletas griegos, éstos habían desaparecido. Nadie sabe cómo ni cuándo. Según el mismo testimonio, su entrenador también estaba informado de que irían a buscarles para pasar un control.