Como si se tratara de un acontecimiento extraordinario, histórico, algunos internacionales de Brasil celebraron a lo grande la victoria sobre Ecuador (5-0). Con una fiesta interminable. Tan interminable que empezó el miércoles por la noche y tres de ellos, Ronaldinho, Robinho y Julio Baptista no llegaron ayer a tiempo para entrenarse con el Barça y el Madrid. Ninguno de los tres jugará esta noche con su equipo en los delicados compromisos que afrontan. Los azulgranas visitan al Villarreal (20.00 h.), donde han perdido en cuatro de sus últimas cinco visitas, y los blancos se enfrentarán al Espanyol en Montjuïc (22.00 h.).

Brasil ganó por 22º vez en 26 partidos a Ecuador. El triunfo en sí tal vez no fue el motivo principal de la fiesta de los canarinhos. Quizá fue el hecho de haberla conseguido en Maracaná, el templo futbolístico de Suramérica. O, posiblemente, la alegría de reencontrarse. Cualquier excusa es buena. La cuestión es que hubo celebración en una discoteca de Río de Janeiro que empezó el miércoles por la noche y acabó el jueves, ya de día, según relataron varios medios de comunicación locales.

LA UNICA AUSENCIA La resaca brasileña propició que Ronaldinho no llegara, ayer viernes, a tiempo al último entrenamiento del Barça (10.30 h.) para preparar la cita de Villareal. Fue el único de los internacionales de Rijkaard que no participó. Giovani, en cambio, sí se presentó a tiempo tras jugar en Los Angeles. Ronaldinho no entró en la lista de convocados, pero Rijkaard dejó la puerta abierta a incluirle si hablaba con él antes de que partiera la expedición.

El delantero azulgrana aterrizó poco antes de las dos de la tarde. "Me siento bien con la selección y me siento bien con el Barcelona, ahora voy a hablar con el míster y a ver qué pasa", dijo la estrella brasileña en el aeropuerto, poco antes de dirigirse al Camp Nou. Allí le esperaba Rijkaard. Hablaron. Y lo que pasó fue que Ronaldinho quedó descartado para el partido.

No fue la primera fiesta en la que participó el jugador --se le involucró en una antes del Osasuna-Barça-- ni será el primer partido de Liga que se pierda, sino el cuarto en ocho jornadas.

Rijkaard prefirió dar descanso a Ronaldinho para que se recupere del agotador viaje a Brasil. El martes espera al Barça otra cita importante. El equipo visitará al Glasgow Rangers en la Champions League, y un triunfo le dejaría a un punto de la clasificación para los octavos de final. El técnico azulgrana se tomó la ausencia de Ronaldinho con su habitual serenidad. Bernd Schuster, a 600 kilómetros, hacía esfuerzos por morderse la lengua.

SCHUSTER SE INDIGNA Tampoco llegaron a tiempo al Bernabéu Robinho y Julio Baptista. El primero apareció en todos los medios brasileños como el organizador del sarao de Río de Janeiro. "Robinho se marchó a Brasil sin tener el alta médica nuestra. Es positivo que se haya recuperado en la selección", dijo Schuster, con ironía, pero también con irritación. "Como no han llegado a tiempo, no jugarán en Montjuic, y se quedarán para entrenarse", añadió el técnico alemán.

El Madrid jugará sin los dos brasileños, pero también se ha quedado sin Heinze y Robben, que regresaron lesionados de sus selecciones. También con retraso. Eso indujo a Schuster a protestar, alineándose con Joan Laporta, el presidente del Barça, sobre el perjuicio que causan las selecciones a los clubs. "No puede ser que Sneijder llegue al aeropuerto y no haya una reserva en el avión para que pueda volver", denunció.