CACEREÑO - 2: Vargas, Iván Pérez, Dani Pérez, Mejías, Pizarraya, Valverde (min. 85, Gonzalo.), Checa, Aaron, Gaspar (min. 70. Elías), José Ramón y Martins (min. 26, Toni).

CARTAGENA - 0: Limones, Dani Ruiz (min. 72, Menudo), Marcos Rodríguez, Astraín, Zurdo, Mariano Sánchez, Antoñito, Carlos David (min. 62, De Lerma), Fede (min. 82, Diego Segura), Megías y Fernando.

GOLES: 1-0-Min. 38: Astraín (en propia meta): 2-0-Min. 76: Elías.

ARBITRO: Busto del Amo. Amarillas a los locales Iván Pérez, Pizarraya, Mejías, Valverde y Gonzalo y a los visitantes Carlos David y Fede.

El retorno a casa fue una operación descomunal y colectiva de autoestima. El Cacereño festejó por todo lo alto su regreso al estadio Príncipe Felipe. Despachó con un 2-0 al líder, el Cartagena, hizo disfrutar a su afición y consolidó su marchamo de equipo compacto que amenaza a la vanguardia del grupo IV de Segunda B. Nueve partidos sin perder y una perspectiva fantástica. Los seguidores han vuelto también. La simbiosis perfecta, el momento soñado, el fin a la pesadilla.

Dos fogonazos y un buen planteamiento táctico de Angel Marcos --con el lunar de haber hecho caso a Martins, que se empeñó en jugar con problemas físicos y se lesionó al más puro estilo Leo Messi-- dieron una recompensa en forma de tres puntos que dicen mucho a favor de este grupo de jugadores. Los que tuvieran duda de la fiabilidad verde en esta liga están ya arrepentidos de haber marrado en el pronóstico pero, paradójicamente, también estarán felices. Tienen motivos.

Compactos, homogéneos e inteligentes, los jugadores del Cacereño culminaron otro ejercicio interesante de fútbol práctico. En la primera mitad merecieron el premio del gol, que el árbitro concedió en propia puerta al defensor visitante Astraín para disgusto de Toni. Pero lo que realmente valió fue que Gaspar se inventó un pase magistral a Iván Pérez, que la puso en el pase de la muerte. Toni y Astraín hicieron el resto (1-0, min. 38).

Y todo ello se desarrollaba bajo el mandato de un césped que ni los más viejos del lugar recordaban. Sin estar perfecto, sí se encontraba para desarrollar un fútbol que dominan con solvencia varios integrantes del equipo verde, como el propio Gaspar, Valverde, Aaron, Pizarraya o el que sin duda está siendo el mejor futbolista en lo que va de liga: el extremo José Ramón, el tipo que marca la diferencia con su velocidad.

El espíritu de Checa, melena al viento, mil balones robados, pase fácil, se volvió a contagiar al resto. Especial mención para la primera parte de los dos centrales, Juan Carlos Mejías y Dani Pérez, excepcionales en el corte, imbatibles en el uno contra uno. Es por ello que el Cartagena solamente generó una oportunidad diáfana en el primer tiempo, en un tiro al larguero de Fernando en la siguiente jugada al 1-0. Acción capital, sin duda, para el resto del duelo. En el fútbol también hay que estar afortunado.

EMPUJE VISITANTE El cuadro departamental no se deprimió, pese al entusiasmo sin límites de los locales. En el segundo acto cogió la manija del encuentro y cercó al CPC, que como contraprestación se multiplicó con sumo orden y contundencia en defensa. Eso es también el buen fútbol, dicen los entrenadores y los menos exigentes analistas. Disciplinados en tareas atrás, el Cacereño apenas tuvo el balón, pero contragolpeó un par de veces, una de ellas con éxito pleno después de otra anterior con caída y posible penalti sobre Carlos Valverde que el colegiado transformó en tarjeta para el futbolista sevillano con orígenes en Valdefuentes.

En la otra, con finalización en la suerte suprema del gol, José Ramón dribló para poner el pase atrás, intento de remate en boca de gol y punterita mortal de necesidad de Elías, sustituto de José Gaspar en el 72. Esto acontenció en el 78. De nuevo la flor sin marchitarse de Marcos dando en la diana con los cambios, como tantas otras veces a lo largo de esta temporada.

Entre el divertimento generalizado de la grada, los extremeños apenas sufrieron, pese al buen gusto por el balón en todo momento del rival. Era el líder, y el líder también juega. Pero el Cacereño conseguía su particular novena cita sin perder. Esto va en serio. Y ahora hay escenario para el disfrute. Ha comenzado la nueva era, y los inicios no han podido ser más lujosos. Que vivan los estadios con buen césped y los aficionados que puedan saborear del arte futbolístico.