El Deportivo, con la mente puesta en las semifinales de la Liga de Campeones, recibe hoy a un Real Madrid que podrá contar con Figo y Ronaldo con los que aspira a acabar con la maldición de Riazor y mantener su pugna por la conquista del título.

Javier Irureta volverá a las rotaciones y, pese a ello, alineará a un once con más titulares habituales que el que se enfrentó al Málaga el sábado pasado.

Los deportivistas se convertirán en jueces involuntarios del campeonato español, y lo harán además con la mente en Europa, puesto que la prioridad está en la Liga de Campeones, en la que los coruñeses tienen por delante una oportunidad histórica para meterse en la final.

Quizás por eso, el Real Madrid está ante su ocasión de romper el gafe que le persigue en el estadio de Riazor, donde no vence desde la temporada 91-92 (0-3), en aquel entonces frente a un equipo recién ascendido. Desde aquel triunfo, cinco empates y seis derrotas es su pobre bagaje.

CON GANAS El Madrid afronta una nueva final. Le quedan cuatro en su carrera por el título, en la que los dos tropiezos en el Bernabéu (Osasuna y Barcelona), le hacen depender de la regularidad del Valencia. Aunque el viaje a un campo maldito, se afronta con más optimismo que en otros años, conscientes de que el Deportivo reservará jugadores.

Regresa Ronaldo después de perderse la visita al estadio Vicente Calderón y resentirse a última hora de sus dolencias musculares contra el Barcelona. Totalmente recuperado, el madridismo apela a él como arma letal en la recta final de la Liga.

Además, juega Luis Figo tras convertirse en el centro de la polémica. Su entrada al barcelonista Puyol ha devuelto al estado de guerra a los rivales directos.

La única baja de importancia para el técnico Carlos Queiroz es Iván Helguera. Cumple ciclo de amonestaciones y su puesto lo pelean hasta última hora Alvaro Mejía, que tiene molestias, y Francisco Pavón.