Franck Ribéry lo tiene claro. Tanto que ha decidido tensar la cuerda al máximo. Después de asegurar que solo quiere jugar en el Madrid, el jugador francés no se presentó ayer al entrenamiento de su equipo, el segundo desde que el Bayern Múnich arrancó la pretemporada. La idea del futbolista no es otra que forzar a su club a negociar con Florentino Pérez. A eso hay que unir el deseo de la mujer del jugador francés de abandonar Múnich. El club bávaro justificó la ausencia del jugador por unas ampollas en un pie.

La capacidad de persuasión de Zidane ha quedado plenamente demostrada. El exjugador del Madrid ha convencido a Ribéry de que su destino tiene que ser el club blanco. El futbolista del Bayern no solo lo asume, sino que ha decidido acelerar los tiempos.

MINIMIZAR EL PROBLEMA Pese a que el Bayern ha querido minimizar la ausencia de Ribéry al entrenamiento, aduciendo que tenía ampollas, los compañeros del francés saben perfectamente que su marcha es un hecho. "Quiero irme y será al Madrid o nada", dijo nada más ponerse a la ordenes de Van Gaal, técnico del equipo alemán. En la primera sesión de entrenamiento se pudo ver a Ribéry hablar acaloradamente con su entrenador. El mensaje era lo suficientemente claro como para que los dirigentes del Bayern tomaran una decisión. Sin embargo, la respuesta fue tajante: "Nada", dijo. Esa negativa ha provocado la postura de fuerza por parte del jugador. Una decisión que obliga al Bayern a negociar con el Madrid.

SITUACION FAVORABLE Florentino no mueve ficha, pero sabe que la situación le es muy favorable por la postura del jugador. Algo similar ocurrió con Beckham cuando se enfrentó a Alex Ferguson antes de dejar el Manchester United o a Ronaldo con Héctor Cúper, en el Inter. Cuando el presidente del Madrid escuchó el deseo del jugador de recalar en el Madrid --lo que nunca oyó por parte de Villa-- era consciente de que la solución llegaría en breve.