Desde la noche del martes ya ejerce plenos poderes Rafael Rincón Rus en el vestuario de la UP Plasencia. El técnico madrileño emprende así su tercera etapa en el equipo placentino y esta vez tiene ante sí el complicado trabajo de intentar salvar del descenso al colista de la liga.

"Me lo tomo como un reto personal", señala Rus, "y soy muy consciente de las dificultades. Me he decidido porque, sinceramente, me da mucha pena que este histórico pueda perder la categoría".

Rus sabe lo que se juega: "Si descendemos, seré yo quién aparezca como culpable, pero si hacemos el milagro, también tendré mi parte de mérito" indica el técnico, que calcula que habrá que ganar por lo menos ocho partidos de los 17 que restan para conseguirlo.

Respecto de las declaraciones de Florencio Calle, en las que acusaba a dos jugadores del mal ambiente en el vestuario y sabiendo que, incluso, los propios jugadores llegaron a mostrar su malestar al presidente por los métodos del ya dimisionario técnico, Rus señala que: "yo también lo denunciaría si me pasa una cosa así. El orden en un vestuario pasa por mantener un respeto mutuo. Conozco a muchos jugadores de la temporada pasada, sé como son y no tengo miedo de poder controlar las diferentes situaciones".

Lo primero que debe mejorar, según Rus, es el juego defensivo: "se cometen demasiados errores" y considera que aunque la plantilla es muy corta tienen "capacidad para salir del pozo, sólo tenemos que corregir lo malo y saber explotar las virtudes que tiene este equipo". No espera que la directiva consiga ampliar la plantilla con ningún refuerzo, aunque hay movimientos en ese sentido que pueden fructificar antes del domingo.

El técnico ha firmado un acuerdo hasta final de temporada, rebajando su habitual caché, aunque tiene un compromisode la directiva de recibir un premio en forma de prima si se consigue mantener al equipo en Tercera.