La gimnasia rítmica española se tomó una dulce revancha del cuarto puesto que tan mal gusto de boca le dejó en Londres 2012 y se consagró subcampeona olímpica en Río 2016 en la modalidad de conjuntos. Cuatro supervivientes de entonces (la capitana Alejandra Quereda, Lourdes Mohedano, Sandra Aguilar y Elena López) y una nueva incorporación (Artemi Gavezou, de origen griego) dieron un recital. Se llevan la plata por detrás de la en teoría inabordable Rusia y por delante de Bulgaria, aunque esta empatada hasta la última milésima en la puntuación final (35.766). El desempate a favor de España vino dado por la nota de ejecución, una decima mejor.

Italia, cuarta, fue la que arrebató a España el tercer puesto hace cuatro años, pero en este periodo olímpico las cosas han cambiado mucho, incluso para los jueces, que ahora respetan al equipo español, entrenado por Anna Baranova y Sara Bayón. Eso se ha notado. España se calificó el sábado con la mejor nota (35.749), que casi repitió a la milésima en las dos rotaciones de ayer (35.766). En la primera (cinco cintas), las chicas de Baranova conquistaron el corazón brasileño con una música sambera y una rutina perfectamente realizada que les llevó a cruzar el ecuador de la final en el primero puesto (17.800), con una décima de ventaja sobre Bulgaria y dos sobre Rusia.

TIRANIA RUSA Pero en la segunda rotacion (tres mazas y dos aros), Rusia impuso su supremacía (también entre los jueces) y se fue a 18.633, por 17.966 de las españolas, que cayeron al segundo puesto con ese total de 35.766 (por 36.233 de las rusas). Bulgaria, con 18.066, igualó en el total a España pero se quedó con el bronce por el criterio de desempate que se aplica.

En la lucha por el oro, de nada sirvió la perfecta ejecución española al ritmo de flamenco en un ejercicio en el que colaboró en su creación el bailarín Rafael Amargo. El perfecto tráfico de mazas y aros (con alguna rabona ) fue espectacular, pero valió solo la plata ante la tiranía rusa. Es campeona en conjuntos y en individual desde Sídney 2000.

"Estas niñas son las mejores del mundo, no tengo dudas, y siempre hemos pensado que podemos competir con Rusia", aseguró Baranova, seleccionadora desde 2011. "Hemos clavado los cuatro ejercicios de los dos días sin fallo, y las chicas han aguntado perfectamente la presión pese a salir primeras", añadió. Mohedano, una de las veteranas, confesó que tenían un amuleto, una flor que una campeona de 1996, Tania Lamarca, había regalado a cada una de ellas.

Es la tercera medalla española de este deporte en unos Juegos. Carolina Pascual, plata individual en Barcelona-92 abrió el camino. Cuatro años más tarde, el conjunto logró el oro en Atlanta-96, con un equipo formado por Marta Baldó, la pacense Nuria Cabanillas, Estela Giménez, Lorena Guréndez, Tania Lamarca y Estíbaliz Martínez.