Clasificada ya para la fase final de la Eurocopa, España se juega esta noche en el Wanda Metropolitano (21.00 horas) partir como cabeza de serie en el sorteo de grupos del próximo 30 de noviembre. Sin embargo, las inesperadas y sorprendentes dudas que se han generado en los últimos ters días acerca de la continuiad de Robert Moreno en el banquillo de La Roja y su presencia en la Eurocopa, no disipadas por el presidente de la Federación Española (RFEF), Luis Rubiales, han dejado lo estrictamente deportivo en un segundo plano.

«Creo que mis opciones de seguir son 10 sobre 10», dijo ayer el seleccionador, que asegura no estar molesto. «En la vida y en una profesión así es normal que se pueda cuestionar tu continuidad, porque es un puesto en el que muchos quieren estar», reflexionó.

Moreno venía esquivando desde hacía días el asunto. Cuando un seleccionador lograba el billete para un gran torneo, quedaba ratificado no solo para esa cita, sino para el siguiente ciclo de dos años. El caso Lopetegui y la triste y abrupta renuncia de Luis Enrique acabaron con esa costumbre, pero el técnico catalán se quedó sin palabras cuando, tras endosar siete goles a Malta, se le preguntó sobre su posible relevo antes de la Eurocopa y las supuestas candidaturas de Ernesto Valverde y Marcelino García. Que Rubiales esquivara el tema y se limitara a decir que está en manos de Jose Molina (director deportivo de la RFEF) no hizo sino avivar las especulaciones, que ya incluyen el hipotético regreso de Luis Enrique.

«A MUERTE» / Moreno asegura que no echó en falta más rotundidad por parte del presidente. «No necesito sentarme con Rubiales ni con Molina porque siempre me han dicho las cosas a la cara. Le doy mas valor a lo que me dicen en privado que a sus respuestas en una zona mixta», opinó el seleccionador, que no dudó en poner un 10 a su labor: «Me lo dice mi madre cuando me ve por la tele», acabó bromeando.

«Es un gran entrenador y estamos a muerte con él», sentenció Álvaro Morata. Moreno mete a España entre las favoritas. «Creo que podemos ganarle a cualquiera, pero también perder con cualquiera. Es importante ser humildes y percibo que no lo somos. Por eso cuando perdermos con selecciones como Suecia o Noruega el tortazo es aún más gramde y genera más desilusión».