Tommy Robredo no tenía nada que perder cuando el lunes saltó a la pista del Louis Armstrong para medirse en octavos de final del Abierto de Estados Unidos con Roger Federer. Nadie se extrañaría si caía derrotado ante el que, como tantos otros, considera "el mejor jugador de la historia". En su currículo personal de duelos el suizo llevaba una abrumadora ventaja de 10 a 0. El público clamaba por una victoria del 17 veces campeón de Grand Slam para poder ver por primera vez en Flushing Meadows ese duelo con Rafael Nadal que ha marcado una era del tenis y que nunca se ha producido en Nueva York. Pero Federer se desdibujó y se autodestruyó con 43 errores no forzados y aprovechando solo dos bolas de break de 16. Y el tenista que no tenía nada que perder lo ganó todo.

Al jugador de Hostalric le hicieron falta solo 144 minutos para anotar el 7-6 /7-3), 6-3 y 6-4 que, por primera vez, le lleva a los cuartos de final del último grande del año, donde le espera Nadal, que sigue sin ceder su servicio en Nueva York y el lunes también se clasificó tras imponerse al alemán Philipp Kohlschreiber por 6-7 (7-4), 6-4, 6-3 y 6-1. Y en la misma temporada en la que superó tres rondas en Roland Garros tras haber perdido los dos primeros sets, Robredo certificó que vuelve a estar en lo alto y apunta más arriba aún.

Hace escaso año y medio, no parecía tan probable. Lesiones en el isquiotibial y en el abductor derecho le llevaron al quirófano y le alejaron de las pistas. El regreso fue poco a poco, arañando puntos para ir saliendo del abismo del puesto 471 de la clasificación mundial en que llegó a encontrarse quien una vez fue número 5.

"UN GRAN EJEMPLO" Nadal entiende bien el mérito del retorno de Robredo. "Nunca dudé de que Tommy volvería. Es increíble lo que está haciendo tras una lesión", decía el lunes el 12 veces campeón de Grand Slam. "Ves cuando un jugador es serio y siente el juego y la pasión. Es un gran ejemplo para otros jugadores y para los niños. Espero, eso sí, que acabe aquí", decía bromeando ante su duelo de hoy.

Su encuentro garantiza una presencia española en las semifinales neoyorquinas, a las que también aspira a llegar otro veterano de 31 años, David Ferrer, que juega sus cuartos con Richard Gasquet tras imponerse el lunes a Janko Tipsarevic (7-6, 3-6, 7-5 y 7-6). Nunca antes el tenis español había logrado colocar tres jugadores en cuartos de final de Flushing Meadows.