´A rey muerto, rey puesto´. Esta popular frase sirve bien para explicar la actualidad del vestuario del Cacereño. Ayer, antes de saltar al césped del Príncipe Felipe para preparar el partido contra el Real Oviedo, los jugadores se despidieron de su antiguo entrenador, un "aliviado" Angel Alcázar. Y minutos después, vestido otra vez de corto, estaba Angel Marcos esperándoles en el campo para comenzar a entrenar. La preparación física de este equipo, que en las segundas partes ha acusado mucho el bajón físico, debe ser uno de los objetivos del nuevo técnico, que para ayer programó una doble sesión de entrenamientos, primero por la mañana y después por la tarde, a la misma hora del partido del domingo (19.00).

El primer mensaje de Marcos a sus pupilos, además de explicarles la nueva situación, fue de tranquilidad. Les aseguró que lo más importante son ellos, "porque sois vosotros los que verdaderamente tenéis que llevar esto para arriba".

MAS UNION Para hacer frente a esta nueva situación y empezar a lograr resultados positivos es imprescindible que haya mucha unión dentro del vestuario, "pero también con el club y con la afición, que debe apoyarnos mucho en el Príncipe Felipe", según aseguró el capitán, David Rocha. El centrocampista reconoció que "esta situación la marcha de Alcázar que vivimos ahora es desagradable y de alguna manera los jugadores sentimos cierta culpa".

Sobre el rival del domingo, Rocha dice que puede ser una buena oportunidad para cambiar la mala racha del equipo y conseguir marcar. También reconoce que la llegada de Marcos "puede suponer un revulsivo y un aliciente que de alguna manera va a cambiar las cosas".

El capitán insiste en la unión de todos. "Necesitamos el apoyo de nuestra afición para sentirnos más seguros y conseguir las victorias, tal y como pasó en la fase de ascenso de la temporada pasada", indicó.