Ya para él participar en un preolímpico era un regalo, cuanto más que se clasificara después». Lo afirman Alberto Ginés Marín y María Victoria López Espada, ‘Mavi’, los orgullosos padres de Alberto Ginés, el adolescente cacereño de 17 años que ha sorprendido a propios y extraños consiguiendo un carísimo billete para los Juegos de Tokio de este verano en el deporte de la escalada, en la modalidad de velocidad. «Nosotros esperábamos que luchara por estar en París 2024; claro que estamos sorprendidos», argumentan ambos casi al unísono apelando a la más elemental lógica.

Ni el más optimista lo hubiera pronosticado. Ni Chiqui, su primer entrenador en su ciudad natal. Ni en los Juegos Extremeños del Deporte Escolar (Judex), en sus primeras competiciones. Ni en el seno del grupo de amigos de la Escuela de Monfragüe y del Chomolugma de Mérida, a los que tanto quiere la familia por tantos años juntos dando rienda suelta a su pasión y compartiendo naturaleza por los cuatro costados. Los Pablo, Andrés, Bruno… serán para ellos eternos y, según los progenitores, puede que hasta decisivos en todo lo que ha sucedido en una aventura de película.

Lo de Tokio por supuesto lo podrían siquiera soñar sus propios padres ni tampoco su hermana, Miryam, durante años escaladora, como él, dentro del contexto de una familia que vive un maravilloso sueño. «Nosotros lo que queremos es que se divierta, que es lo que siempre le hemos intentado inculcar». Nada más. Y nada menos, pero a lo grande. Será olímpico en verano, sí.

El joven deportista extremeño vive ahora en el CAR de Sant Cugat, en Barcelona, donde recibe todo tipo de facilidades para entrenar, estudiar (difícil tarea con tanta competición de por medio) y desarrollar una vida muy especial: la de alguien instalado en la élite guiado por su esfuerzo, talento y «cabeza, que es lo que creo que le distingue para destacar», asegura la madre. Y, resultados en mano, va muy en serio. Estar entre el escogido ramillete de escaladores que competirá en Japón por una presea olímpica marcará un antes y un después. No es baladí su gesta. ¿Ponerle la guinda?...

SIN PRECEDENTES / Será la primera vez que se dispute su modalidad en unos JJOO y el jovencito Alberto estará en el selecto club que se disputará una medalla. ¿Por qué no? «Es difícil», asumen en su entorno. Complicado también era la propia clasificación, («se quedó fuera gente de primer nivel»), pero la ha logrado protagonizando un concurso espectacular en Toulouse (Francia) en un caso similar al llevado a cabo hace años por el ya consagrado atleta Álvaro Martín, marchador llerenense que también a los 17 años consiguió la clasificación para los Juegos de Londres 2012.

«Paseaba días atrás por El Rodeo, donde había un rocódromo; ahí empezamos. Después hicimos 200 viajes…». Con apenas cuatro años, Alberto iba de la mano de su progenitor y de su hermana para, desde tan niño, disfrutar, verbo clave en el vocabulario también de la madre, auxiliar de enfermería en el Hospital San Pedro de Alcántara.

«Ha habido un poco de suerte», aseguran desde la humildad a la hora de valorar la gesta de primer orden protagonizada por su hijo. Su padre, ingeniero de obras públicas, ejerce de jefe de centro de conservación de carreteras e la Diputación de Cáceres. Viven en La Mejostilla, cerca de la sede de la peña que el orgulloso abuelo ha promovido en el bar Los Siete Robles.

En la sede central de El Periódico Extremadura, Alberto Ginés padre habla por teléfono con David Macià, el entrenador del talentoso cacereño desde hace siete años y técnico de la leyenda Ramonet Julián, el mejor especialista de la historia de este deporte en España, cuando coincidieron en Rodellar, en Huesca, paraíso nacional --y natural-- de los escaladores. «Al principio era a distancia, pero ya se estaba haciendo muy difícil todo», cuenta el padre.

«Aquí en Cáceres no podía entrenar, ya que incluso quitaron el rocódromo» en El Rodeo, anexo al pabellón Serrano Macayo, puesto en marcha con Lázaro García como concejal de Deportes y José María Saponi de alcalde de la ciudad. El chico fue dando pasos de gigante. Había un diamante por pulir.

A DISTANCIA / La decisión estaba tomada: para dar el salto de calidad definitivo había que irse. Dicho y hecho, ya que desde hace un año y medio reside en el centro de rendimiento de San Cugat, compartiendo habitación con el atleta catalán Adam Maijo. «Está muy contento», aunque le cueste extraordinariamente por la cantidad de competiciones que tiene que afrontar. «No deja de ser un adolescente», recuerdan en más de una ocasión sus padres, para situar el contexto de un fenómeno tan especial.

En Cáceres estudiaba en el IES El Brocense, «donde nos dieron siempre muchas facilidades y les estamos muy agradecidos». Cuando finalice el bachillerato en Barcelona, en principio su idea es hacer Fisioterapia, por su relación con el deporte, según confesó en el programa La Resistencia en #0, del exitoso showman del momento David Broncano, donde el joven extremeño concitó la expectación el pasado mes de febrero. A partir de entonces, dice la madre a modo de anécdota, «tuvo un montón de seguidores más en instagram».

«Es muy maduro. Siempre se ha querido juntar con gente mayor que él. Por eso su relación con su hermana». Miryam, efectivamente mayor que él, estudia Comunicación Audiovisual en Badajoz y siempre ha sido clave en la progresión de Alberto. De hecho, ella también conquistó medallas nacionales formando parte de la selección extremeña que tantas alegrías ha dado en los últimos años.

Los hermanos Cano están en el origen de todo ello en una federación a la que los padres de Alberto agradecen su ayuda, al igual que a la nacional. El esfuerzo institucional está siendo grande últimamente, con el ayuntamiento y la Junta pendientes del talentoso deportista a través de la Fundación Jóvenes y Deporte. esgrimen los progenitores. A 900 kilómetros de distancia, Alberto Ginés, como pretenden quienes le quieren. se divierte y disfruta.