No hay costumbre en Roland Garros de mirar al cielo, pero las azarosas tribulaciones del cambio climático han provocado en esta edición que la información meteorológica sea la más buscada en el club de tenis de París.

Las previsiones del servicio meteorológico francés indican que la lluvia dará una tregua mañana y pasado, pero podría volver a "aguar" la fiesta el próximo jueves.

La lluvia ha irrumpido de forma constante en las dos primeras jornadas, un hecho sin precedentes en el Grand Slam de tierra batida, más habituado a que sea el calor el que dé que hablar.

Los programas cambian sin cesar, los partidos se juegan en dos y hasta tres veces y no hay forma de hacerse con el ritmo de juego. De los caprichos de la lluvia depende no sólo el día a día del torneo, sino la programación de las próximas jornadas, por lo que hasta los tenistas que ni siquiera han acudido al club de tenis tiemblan por conocer cuándo tendrán que jugar.

Los sufridos espectadores, por su parte, acuden prestos a las gradas cada vez que la lluvia da un respiro, pero corren más a refugiarse del agua cuando vuelve a hacer su aparición, provocando escenas más típicas de otros Grand Slam.

En las pantallas de información no se busca el resultado de tal o tal partido, sino la previsión meteorológica, un dato más precioso que el deportivo a estas alturas.

En este sentido, Roland Garros presume de estar bien equipado. Una estación del servicio meteorológico nacional francés está instalada en el club de tenis y cuatro técnicos se obstinan en prever, con precisión de relojeros, los bandazos del tiempo.

Con los datos que elabora este equipo, la organización toma decisiones, programa o suspende partidos, pero no están al abrigo de los errores.

En la jornada dominical sólo terminaron siete encuentros y otros tantos en el lunes "semifestivo" de Pentecostés. "Todavía hay margen para recuperar el tiempo perdido", afirma un miembro de la organización.

En principio, las tres primeras jornadas del torneo deben servir para acabar con la primera fase completa en los cuadros masculino y femenino, un objetivo asumible, sobre todo, desde que el año pasado se inició el torneo en domingo, lo que añadió un día al torneo.

Para las siguientes fases, en condiciones normales los organizadores reservan dos días para cada una, una previsión que puede verse trastocada por las suspensiones de los dos primeros días.

Si se cumple el pronóstico que indica que los dos próximos días abrirá un poco el cielo, el torneo podrá ganar el tiempo perdido, pero la cosa puede complicarse si la lluvia vuelve a hacer acto de presencia.