Tras varias semanas oculto a los ojos de los aficionados y los periodistas, alimentando el runrún y las sospechas, Ronaldinho exhibe el trabajo que hace para volver a los partidos. Antes ni se le veía; ahora aprieta para volver a jugar (en la imagen, frenado por su preparador). Mañana se cumple un mes desde que disputó su último partido (el clásico ante el Madrid).