El nuevo jugador brasileño del Barcelona, Ronaldinho Gaúcho, se vistió ayer por vez primera de azulgrana en una presentación privada ante los medios y, posteriormente, el astro carioca saltó al césped del coliseo blaugrana para posar ante los aficionados.

El número de asistentes en las gradas del Camp Nou para ver al ex jugador del París Saint-Germain y flamante fichaje de Joan Laporta fue de unas 20.000 personas. Ante la atenta mirada de los directivos del Barcelona, Ronaldinho brindó al público algunos de sus detalles técnicos y malabarismo, habilidades que no sólo son sello distintivo del jugador sino que también funcionan como importante reclamo publicitario.

En el acto de presentación en sociedad, Ronaldinho señaló que uno de sus principales objetivos será "dar muchas alegrías" a la afición barcelonista. El jugador tendrá que justificar en el campo el desembolso de 27 millones de euros realizado por la entidad que preside Joan Laporta y que ha supuesto un gran esfuerzo para las arcas culés, castigadas por la mala gestión de las anteriores juntas directivas. Su claúsula de rescisión asciende a 100 millones de euros.

RIQUELME FUERA

Por otra parte, el Barcelona ha informado de que el jugador no comunitario del que se desea prescindir esta temporada es el argentino Juan Román Riquelme, a quien se le buscará una salida en calidad de cedido o un traspaso.

Riquelme, que fue el fichaje estrella del conjunto culé el pasado verano, no ha cuajado una buena campaña y ello ha provocado el desencanto de la afición y la nueva directiva con el futbolista del argentino.