Ronaldinho, futbolista brasileño del Barcelona, fue proclamado ayer como mejor jugador del año de la Federación Internacional (FIFA) y releva en el palmarés de este trofeo al madridista Zinedine Zidane.

Ronaldinho obtuvo 620 votos y superó en la carrera por el galardón al galo Thierry Henry (552) y al ucraniano Andrei Shevchenko (253). El barcelonista fue escogido como mejor jugador del año en primera opción por 48 seleccionadores y por 39 capitanes de otros tantos equipos nacionales. La ópera de Zurich fue el escenario de la gala.

LOS MEJORES Joseph Blatter, presidente de la FIFA, entregó el primero de estos premios a la Federación de Haití, mientras que el exjugador británico Bobby Charlton hizo los honores en el segundo con la Federación de Brasil. Los dos galardones se unían en el recuerdo del partido amistoso que la selección brasileña disputó en Puerto Príncipe.

Blatter aprovechó el momento especialmente sensible para solicitar una vez más que acaba el racismo en el fútbol, puesto de relevancia últimamente y cuyo capítulo más destacado en su criterio fue el reciente España-Inglaterra que se jugó recientemente. Después se dio paso al tenista Boris Becker, maestro de ceremonias en la concesión del trofeo al mejor jugador del reciente Mundial de fútbol sala, el brasileño Falcao.

Del mismo país, Brasil, es el ganador del torneo de Fútbol Interactivo, Thiago Carrico, quien también tuvo su momento de gloria cuando recibió su premio de manos del exjugador alemán Lothar Matthaus. De inmediato se hizo entrega del premio a la mejor jugadora del año, que fue la alemana Birgit Prinz por segundo año consecutivo.

Tras un nuevo paréntesis musical, turno para el broche final de la noche: la coronación de Ronaldinho. Los encargados de entregarle el condiciado cetro fueron el presidente de la FIFA y los exjugadores Franz Beckenbauer y George Weah.

Tras unos segundos de emoción, Ronaldinho vio aparecer su nombre como ganador del trofeo y se dirigió a los asistentes a la Opera de Zúrich para dar las gracias por la distinción.

El jugador del Barcelona, cuarto brasileño que logra el galardón tras Romario, Ronaldo (tres) y Rivaldo, todos ellos con pasado azulgrana, calificó el momento de "muy especial" y se declaró "muy feliz".

El brasileño calificó el 2004 como "un año básicamente perfecto", aunque puntualizó que "el mejor Roni se verá en el futuro", tras lo que se declaró como "una persona positiva".

Tras la consecución del trofeo, Ronaldinho apuntó como próximos objetivos a la Liga española y a la Liga de Campeones.

"Voy a intentar de todas las formas que el Barcelona sea un equipo victorioso", concluyó el barcelonista, quien calificó el trofeo obtenido ayer como "el más importante de los que se entregan a título individual".

Ronaldinho despidió la gala con un apunte ambicioso, porque el jugador, consciente de la grandiosidad del instante, abogó por repetir en el futuro y prolongar su reinado, algo con lo que también sueñan en Barcelona y que provocó como última imagen la del vicepresidente Sandro Rosell, artífice del fichaje de este jugador por el club catalán, deshecho en aplausos.