Ronaldo entró el pasado lunes al hospital Sao Luiz de Sao Paulo para remendar los metacarpos fracturados de su mano izquierda. Se había lesionado durante el partido con Palmeiras. Pero, al salir, de lo único que se habló en Brasil fue de la nueva panza del jugador del Corinthians. El Fenómeno regresó a su mansión en el barrio de Pacaembú con 700 mililitros menos de gordura , la palabra con la que se denomina en portugués a la grasa.

La liposucción en los costados del abdomen de Ronaldo se convirtió en la comidilla de los telediarios. No podía ser de otra manera. Ronaldo ha sido en la última década una suerte de cuestión de Estado para los brasileños. Sus extrañas convulsiones en las vísperas de la final del Mundial de 1998 suscitaron en su momento una investigación parlamentaria. El tamaño de su barriga también ha generado inquietudes que trascienden el mundo del deporte. Lo mismo ha ocurrido con su sinuosa vida privada, desde su boda con una top model a la tentativa de extorsión de una travesti.

´QUILITOS DE MAS´ A los 32 años, y cuando su carrera parecía completamente terminada, Ronaldo renació otra vez de las cenizas... aunque con unos quilitos de más. En marzo debutó con el Corinthians. Hasta el pasado domingo, en cuando tuvo que abandonar la cancha por una fractura, había anotado 17 goles en 27 partidos del campeonato local, un tanto más que los convertidos en el Madrid y la selección brasileña en el 2006, su último año productivo. La eliminación de la gordura por medio de la cirugía es un hecho usual entre los jugadores brasileños.