El Tour de "la anarquía", el de la sucesión de Armstrong, disfrutó ayer en Burdeos de su primera jornada de descanso y reflexión, ya que desde antes de su comienzo las noticias han sido, primero polémicas y luego inesperadas, de manera que no existe pronostico ni quien se lo ponga, en una carrera abierta y desprovista ya de bazas españolas, ya que Valverde tras la caída en la tercera etapa ve la carrera en su casa. El primer Tour de la era post Armstrong empezó con la exclusión de los favoritos Basso, Ullrich y Vinokurov, y de algún que otro candidato al podio, como Paco Mancebo.

A la tercera jornada se marchó con la clavícula rota Alejandro Valverde, y después se pasó por las exhibiciones de McEwen al esprint, con tres victorias, y a la sorprendente contrarreloj de Rennes, donde los favoritos no aparecieron, a excepción del americano Landis. La etapa de hoy llevará a los ciclistas desde Burdeos hasta Dax después de 169 kilómetros totalmente llanos. Será una jornada propicia para una nueva llegada masiva, con los principales favoritos pensando ya en las etapas de montaña en los Pirineso que se avecinan.