El Ciudad Ros Casares Valencia perdió ayer ante el Spartak de Moscu su primera final de la Euroliga, en un choque que controló el equipo ruso pero en el que el conjunto valenciano tuvo varias oportunidades para darle la vuelta al encuentro, aunque no tuvo las fuerzas necesarias para aprovecharlas. Al final, 76-62 y decepción española.

La mejor ocasión llegó en el tercer cuarto cuando, después de haber tenido una desventaja de quince puntos, llegó a situarse a solo uno de su rival, pero falló la oportunidad que tuvo para ponerse por delante y cambiar el guión del partido.

La buena actuación de Elisa Aguilar, Laia Palau y, especialmente, DeLisha Milton Jones no fue suficiente para doblegar el talento del conjunto ruso, que tuvo en las estadounidenses Thompson y Whitmore y Taurasi a sus mejores jugadoras.

El Ros Casares no supo rematar su trabajo. En el momento decisivo del tercer cuarto, erró el ataque que le hubiera permitido ponerse por delante, su confianza se resquebrajó totalmente y, en dos minutos, el Spartak aprovechó para recuperar su colchón (54-44,m.30).

Aún así, con los puntos de Milton Jones, el Ros volvió a situarse a cinco puntos de distancia pero esta vez Thompson no dejó que el equipo valenciano creyera en el milagro, aprovechó que su compatriota del Ros fue eliminada a falta de tres minutos y condujo a su equipo a la victoria.