Fue conseguir matemáticamente el título de 2015 y dejar de ganar. Allí, en el Circuito de las Américas, allá por octubre, Lewis Hamilton enterró su buena suerte el día que certificó su segunda corona con Mercedes, la tercera de su carrera. Desde entonces, no ha habido más ganador que su colega Nico Rosberg. Un coche rapidísimo en la clasificación y una serie de manipuladas decisiones de estrategia le otorgaron tres victorias en las tres últimas carreras. Este año no ha necesitado de órdenes desde el muro. Ayer, en China, sumó su tercera victoria, tan incontestable como la de Baréin o Australia. Rosberg se ha vestido de Hamilton y no deja nada para el resto.

O, quizá, lo hayan vestido de Hamilton. Los jefes de Mercedes decidieron que, tras dos títulos en manos del mismo, era bueno intercambiar sus mecánicos, así que el jefe de mecánicos y un buen número de operarios de Hamilton se fueron al box de Rosberg. "Es bueno para dar frescura, para mantener la motivación, la tensión a tope", dice Toto Wolff, el jefe de equipo.

Pues bien, todos los problemas mecánicos que lastraban a Rosberg en años anteriores se han cambiado de lado. El ERS (la parte eléctrica del motor híbrido) del coche del tricampeón se vino abajo en la clasificación. Tuvo que salir último. Y claro, se multiplican los problemas. "Cuando sales desde atrás es fácil quedar atrapado en los incidentes", lamentó. Se encontró con el alerón de otro coche metido bajo su Mercedes y dañó todo su fondo plano, aunque remontó hasta el séptimo lugar, pero lejos del ritmo del Rosberg. "Mi coche era como una cama vieja".

Mientras los dos Ferrari, los de Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen, se tocaban en la salida y arruinaban su carrera, mientras las piezas de los coches rojos hacían pinchar cuando era segundo el Red Bull de Daniel Ricciardo --¡qué bueno este tío!--, Rosberg lideraba la carrera a placer, a su aire, sin importarle el coche de seguridad. Nunca antes había sacado tanta ventaja a Lewis Hamilton --36 puntos--, pero no se fía. La suerte --o la opinión de sus jefes-- puede cambiar en cualquier momento: "Apenas es la diferencia de una carrera y poco más. Este es el campeonato más largo de la historia y Lewis está ahí para ganar carreras, nunca se da por vencido, ya le conocéis como es y queda mucho, muchísimo campeonato. Casi todo".

LOS ESPAÑOLES Fernando Alonso (McLaren), que había salido en décima posición, en su regreso a competición desde su accidente de hace un mes en la primera carrera de la temporada, en Australia, terminó finalmente en duodécima posición, aunque llegó a estar cuarto.

Por su parte, Carlos Sainz (Toro Rosso), llegó noveno, sumando así dos puntos más a los dos que ya tenía.