"Volverá a ganar, ¡seguro!", exclama Jorge Lorenzo, su rival más despiadado fuera y dentro de la pista. "Todo es muy extraño, mucho, pero cuando me cruzo con él en la pista, no le veo cómodo", comenta Casey Stoner, poco amigo de piropear a sus adversarios pero siempre respetuoso con los campeones. "Algo le impide ser el que es, pero estoy convencido de que pronto descubrirá el truco para ser veloz con la Ducati", asegura su amigo Marco Simoncelli, la revelación del 2011. "Puede que creyese que pilotar la Desmosedici era mucho más fácil y ha descubierto que es una moto difícil de llevar al límite, pero estoy convencido de que volverá a ganar", señala Livio Suppo, exjefe de Ducati y ahora en Honda. "Solo sé que este fin de semana, la situación ha llegado a ser desesperante", sentencia Valentino Rossi, el Doctor , el más grande, poseedor de nueve títulos mundiales.

Desde el 2008 Rossi no ocupaba un lugar tan retrasado en la parrilla de MotoGP. "Lo hemos probado todo y nada ha funcionado", dijo el Doctor , que acabó sexto, a más de un minuto de Stoner (tres segundos por vuelta).