Puede haber más emoción, incluso peligro, por supuesto incertidumbre, pero es imposible que haya más igualdad. El Mundial de MotoGP, un campeonato a la altura ya de la llamativa Fórmula-1, ya tiene sus tres tenores y, cómo no, por supuesto, un auténtico rockero de los buenos, un tipo que no desafina y que, pese a su juventud, pese a ser el recién llegado, está dispuesto a codearse con lo mejor de esta ópera mundial.

MAYOR IGUALDAD, IMPOSIBLE A la victoria arrolladora de Casey Stoner en el trazado de Qatar respondió Dani Pedrosa con una de sus arias en solitario en Jerez. Y al apoteósico rock instrumental de Jorge Lorenzo en Estoril contestó ayer Valentino Rossi, en China, con uno de esos solos de violín que solo él (196 grandes premios, 138 podios y 89 victorias) es capaz de protagonizar. Ya ve, cuatro tipos valientes, aguerridos, nacidos para ganar; tres marcas pletóricas (Honda, Yamaha y Ducati) y dos firmas de neumáticos (Michelin y Bridgestone). Es el racimo del que emana le mejor reserva de la década.

Pedrosa, que es el único que no se ha movido del podio desde que empezó la fiesta pese a perderse el invierno por su lesión en la mano (tercero en Qatar; victoria en España y segundo en Portugal y Shanghái), abandonó China liderando en solitario el Mundial con 81 puntos. Tras él, cómo no, el héroe de la obra china, Lorenzo (74), que acabó cuarto apoyándose en dos tobillos destrozados, hábilmente anestesiados. Pegadito al mallorquín, el Doctor, que llevaba siete grandes premios consecutivos sin ganar y dos años sin triunfar fuera del Viejo Continente (su última victoria en el exterior fue en Malasia-2006). Y, a rebufo de todos ellos, Bridgstoner, que ayer erró en la elección de su rueda. "Me recomendaron una demasiado blanda que, a las 10 vueltas, me abandonó".

Cuatro grandes premios, cuatro vencedores, cuatro estilos, cuatro maneras de presentar la candidatura al título. Quedan 14 carreras, así que prepárense a ver cómo Pedrosa, que ayer ni quiso ni pudo presentar batalla a Rossi ("si lo hubiera intentado me hubiese convertido en una víctima fácil para él en las últimas vueltas"), esgrime su meticulosa estrategia, su cerebral pilotaje y ese brutal ingenio que prepara Honda para convertirle en campeón, el motor de válvulas neumáticas.

Pero mientras Pedrosa escoge con mano de cirujano los trazados donde arriesgar, Rossi ha vuelto por sus fueros tras cambiar de vida, de acompañantes y de neumáticos. "Sobre mí siempre hay una gran expectación", señaló el hombre de amarillo, que añadió: "Sabía que me costaría un poco volver a ganar con los Bridgestone. Pero ya estoy de regreso". Regreso que Stoner no pudo confirmar ayer pese a pelear con idéntico coraje a Qatar o Jerez, donde pasó un auténtico vía crucis. "No estoy preocupado. Esto solo acaba de empezar", dijo el australiano.

JORGE, EL REVOLUCIONARIO Y, quién sabe, tal vez todo este lío, este cosquilleo mundial, esta alerta motociclística, ha sido obra de un joven inquieto, contestatario, hambriento, al fin. Lorenzo, que concluyó el fin de semana más doloroso de su vida con una remontada magistral y un cuarto puesto que mereció el aplauso de todos, ha decidido colarse en la ópera de estos tres tenores. Y a fe que con mucho ruido.

Si uno sigue los pasos de Carmelo Ezpeleta, el Bernie Ecclestone de las motos, sabrá dónde está el fuego. Este hincha blaugrana felicitó a Stoner en su box, abrazó a Rossi en el podio, estrechó la mano de Pedrosa en la sala de prensa y, 10 minutos más tarde, acudió al hospitality de Lorenzo para felicitarle por su gesta. Los necesita. Por eso los mima.

Rossi se mostró "feliz y satisfecho" por volver al ganar "después de siete carreras", y resaltó "la gran igualdad que existe en MotoGP" esta temporada. "Después de siete carreras sin conseguirlo es una gran sensación volver a ganar. ¡Soy muy feliz! Este resultado es muy importante porque sobre todo he conducido exactamente cómo quería desde el principio hasta el final", declaró Rossi.

"Me he divertido mucho en esa gran batalla con Dani Pedrosa, que me ha hecho apretar y hacer un ritmo increíble de 1´59 hasta el final. Todo el fin de semana hemos estado esperando que lloviera y al final eso no ha ocurrido. Nos ha cambiado los planes", añadió, muy satisfecho.