Tau Vitoria: (14+19+25+22) Prigioni (8), Rakocevic (16), Mickeal (11), Teletovic (17), Splitter (12) -cinco inicial-, Muoneke (5), Vidal (1), Planinic (-), Jasaitis (-) y McDonald (10).

DKV Joventut: (13+17+25+27) Rubio (9), Laviña (3), Fernández (32), Jagla (9), Hernández Sonseca (6) -cinco inicial-, Moiso (2), Ribas (-), Barton (-), Mallet (15) y Popovic (6).

Arbitros: Amorós, Hierrezuelo y Conde. Señalaron técnica a Mickeal por protestar (m.19). Sin eliminados.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la final de la Copa del Rey 2008 disputado en el pabellón Fernando Buesa Arena ante unos 9.500 espectadores. Los servicios de seguridad del pabellón sacaron de la pista a dos jóvenes que, al principio del último cuarto, irrumpieron en el rectángulo con una pancarta a favor de la independencia del País Vasco y fueron silbados.

Once años lejos de la Copa, una generación de nuevos talentos y un partido jugado con el manual del buen baloncesto en la mano volvieron a coronar campeón de la Copa del Rey al DKV Joventut, que se ha llevado el título con enorme mérito, en casa del anfitrión, ante el propio anfitrión y ganando, primero en semifinales y luego en la batalla por el título, al Real Madrid y al Tau, los dos equipos que le aventajan en la clasificación liguera.

El Joventut salió con los cinco sentidos puestos sobre el juego. Jan Hendrik Jagla lanzó a los verdinegros con dos triples madrugadores, pero Pete Mickeal y Will McDonald abrieron un pozo debajo del aro badalonés. A los diecisiete minutos, el Tau ganaba por doce puntos (28-16).

Y eso, pese a que una falta y una técnica sobre Mickeal dieron Rudy Fernández cuatro tiros libres que, aparte de aprovecharlos agrandó con una cesta después de sacar de banda (28-28).

El primer intento de escapada serio por parte de los alaveses (47-41) murió contra el muro de talento que Rudy Fernández levanta cada vez que pisa una cancha de baloncesto.

DE PODER A PODER Una técnica por hablar más de la cuenta sobre Pete Mickeal permitió al internacional español y al Joventut vadear un momento especialmente delicado a los dieciocho minutos (de 30-22 a 30-28). El punto número 25 en la cuenta del Rudy Fernández enfrió el optimismo del Buesa Arena, aunque no cogió por sorpresa al Tau lógicamente. El Tau salió a jugar una final y a esa labor aplicó todos los sentidos. Mucho más consciente del peligro que entrañaba el Joventut que sus aficionados y que el ambiente generalizado de la Copa le acabase pudiendo (60-58).

El estadounidense Demond Mallet refrescó las ideas a los despistados (62-61 m.34). El rumor procedente de la grada cambió de escala. Las palmas de celebración dieron paso a los pitos de angustia cuando los verdinegros manejaban el balón. La cuarta de Mickeal, aunque la ventaja era ´local´ (62-61), incrementó los tics nerviosos de una afición ávida de celebrar algo con los suyos.

La Falta de Mickeal proporcionó tres tiros libres a Rudy Fernández. Clavó todos. 62-64 a poco más de cinco minutos para la bocina y las ilusiones vascas en la cuerda floja. Las esperanzas badaloneses también pesaban.

Teletovic transformó ocho puntos seguidos y volteó el resultado. La final era perfecta. Tenía todo lo que se le puede pedir a un deporte mágico como este.

Dos minutos y medio por delante de la bocina había sueños para todos (74-74). Una constante en el noche vitoriana de Rudy, que puso la Copa en las yemas de los dedos (74-78 a 1,34 minutos).

En vena de aciertos volaba, impresionante, Teletovic. Alargó su sobresaliente final de partido con otro triple más (once puntos de corrido) y la existencia del Tau (77-78), pero a Ricky Rubio, un imberbe genial, hecho de la pasta que distingue a los grandes entre los grandes, no tuvo problemas para anotar dos tiros libres veintisiete segundos antes de la conclusión. A sus diecisiete años los lanzó con la tranquilidad de un veterano curtido en mil batallas. Debe ser algo relacionado con el talento. El trabajo lo acabó Mallet desde la línea de libres.