Nadie lo reconocerá, pero hasta en la NBA comentaban ayer que el jurado del concurso de mates en el que Rudy Fernández quedó cuarto con 82 puntos se dejó llevar por el entusiasmo de ver una final entre Howard, anterior ganador y estrella de la NBA, además de oro olímpico, y el vencedor Nate Robinson, el pequeño base de los New York Knicks que repite triunfo dos años después. Nadie duda de que fue el justo ganador. Todos sus mates fueron un monumento a la potencia, la coordinación y la espectacularidad.

No se explicaba nadie, ni en el US Airways ni tampoco en la misma NBA, cómo el segundo mate de Rudy, realizado con la ayuda de Pau Gasol y de gran dificultad, se llevaba solo 42 puntos, la misma puntuación del primero. Los abucheos del pabellón fueron clarificadores.

Para recordar

A pesar del disgusto (Rudy señaló al jurado con el pulgar hacia abajo ante las cámaras de televisión, como en el circo romano), para el escolta mallorquín estar ahí fue como tocar el cielo. Su presencia en el All-Star, primero en el partido de los rookies y luego en el concurso de mates y como primer no estadounidense, resultó algo excitante, pero también estresante como reconoció después.

Lo que ha quedado para la historia es la imagen de Rudy con la camiseta de Fernando Martín de Portland. Rudy sorprendió a todos antes del primer mate. Primero miró al cielo y después se quitó la camiseta en medio de la pista y se quedó con la de Martín. De esta forma, Rudy cerró una especie de círculo en la historia del baloncesto español. Su gesto será recordado de por vida.

El segundo mate que intentó el jugador mallorquín fue de gran complejidad. Asistido por Pau Gasol, Rudy agotó los dos minutos en ocho intentos sin completarlo, y tuvo que acudir a las dos reválidas que le da la organización. A la primera, Rudy pudo ejecutar el mate con pase de Pau desde detrás de la canasta y Rudy cogiendo el rebote en el aire y machacando. Espectacular.

Duelo esperado

Pero el jurado quería el duelo Howard-Robinson; el pívot de Orlando tuvo su show, con capa de supermán y corriendo desde el otro lado de la pista y saltando desde la línea de personal. Pero lo de Robinson hizo incluso que Howard tuviera claro quién iba a ganar. Hasta las estrellas de la NBA en primera fila se levantaron extasiados igual que el público ante la potencia de salto y plasticidad de Robinson. La votación final dio ganador al base de los Knicks después de que volara por encima de un 2,10 como Howard, y vestido de verde de kriptonita para derrotar a su oponente, que volvió a vestirse de Superman.

El concurso de triples fue de bajo nivel, con victoria de Daequan Cook (Miami Heat), que se impuso en la final a Rashard Lewis de los Orlando Magic.