Casi todo el barniz tras la goleada a Ucrania se lo llevaron jugadores como Xavi, Puyol, Torres y Villa. Hubo otros, como Senna, que no tuvieron tantos focos encima, pero que se sintieron tan importantes como aquellos.

El centrocampista hispanobrasileño del Villarreal se ha convertido en el contrapunto adecuado para el fútbol de toque y posesión que encarnan Xabi Alonso y Xavi. No sólo se trata de llevar a cabo un intenso despliegue físico, sino que, como Luis Aragonés y sus compañeros destacan, es también un pelotero notable, con un gran disparo de larga distancia, que le ha valido varios goles con la camiseta del submarino amarillo , en el que ha sido pieza fundamental como lugarteniente del argentino Juan Román Riquelme.

Marcos no acaba de creérselo. Fue convocado por primera vez para el encuentro amistoso contra Costa de Marfil de principios del mes de marzo y no ha necesitado más de cuatro partidos de preparación para hacerse un hueco en el remozado equipo con que el seleccionador ha disparado las posibilidades de España en la cita mundialista de Alemania.

A punto de cumplir 30 años y después una carrera problemática sembrada de graves lesiones de rodilla, dos de ellas en el Villarreal, toca el cielo y es de los pocos a los que no le importaría cruzarse en cuartos de final con Brasil, una selección en la que nunca pensó en jugar, o al menos así lo ha manifestado en más de una oportunidad el centrocampista.

Juego de intereses

Por su cabeza no pasaba desde hace mucho tiempo ir a un Mundial con Brasil. "Nunca fui internacional en las categorías inferiores. Luis me abrió las puertas de la selección española y le estaré siempre agradecido porque para un extranjero siempre es más difícil", dice el jugador nacido en Río de Janeiro para asegurar, acto seguido, que se siente tan español "como el que más". Y tuerce el gesto cuando se le apunta que hay quien piensa que el hecho de que esté en Alemania con la selección española se debe a un juego de intereses: "Sé que no todo el mundo entiende estas cosas, pero yo he hecho las cosas correctamente, mi casa es España y me debo a quienes han confiado en mí".

Adelantó antes del debut español que Villa y Torres empezarían muy pronto "a enchufarla" y ahora celebra que España haya encontrado un estilo propio que se distingue "por el manejo del balón y la rápida conexión de los jugadores del medio campo con los delanteros".

El tiene que hacer lo que le pide el seleccionador, que no difiere de lo que hace desde hace cuatro temporadas en el Villarreal: "No sólo espera de mí lucha y entrega. Tengo que marcar y no perder la pelota, pero el míster también me considera un jugador creativo. Puedo aportar algo más que brega en el centro del campo para ayudar a mis compañeros, incluso goles". Así es Marcos Senna, el sabor brasileño en el gran momento de los españoles.