Tenían razón. Nunca hay que cantar victoria antes de hora. Y menos Carlos Sainz que, tras 21 años en la alta competición (debutó en el Mundial del 87 con Ford), las ha vivido absolutamente de todos los colores. El bicampeón de rallys sufrió ayer un inesperado accidente en una de las últimas etapas del Dakar y se vio obligado a abandonar al romperse su copiloto, Michel Perín, el hombro izquierdo. Sainz, que lideraba cómodamente la prueba americana con casi media hora de ventaja sobre su compañero de Volkswagen, el norteamericano Mark Miller, reconoció haber sufrido una de las decepciones más grandes de su dilatada carrera. "Aún y con todo, me sigo considerando un deportista con suerte ¡ojalá todo el mundo tuviese la misma mala suerte que yo!", exclamó el madrileño desde La Rioja, en Argentina.

El madrileño volcó su Touareg al precipitarse al cauce de un río seco de unos cuatro metros de altura en el kilómetro 79 de la etapa, que estaba erróneamente anotado en el libro de ruta facilitado por la organización. Tan mal anotado, que los dos coches que le seguían a rebufo estuvieron a punto de protagonizar el mismo percance y estrellarse en el mismo punto. Al conocerse el error del road book, la organización colocó inmediatamente señales avisando del peligro de la zona y del punto por donde los participantes podían cruzar ese cauce seco sin problemas.

ASI FUE EL ACCIDENTE "Ibamos hacia un way point (punto de paso), que ya teníamos localizado pero, de pronto, nos encontramos con un río seco, que no figuraba en las notas, y nos precipitamos cuatro metros para abajo", contó el piloto a su llegada al campamento de La Rioja. "La única señal que había en los apuntes indicaba peligro 2, es decir, peligroso, cuando era evidente que esa zona debía de haber sido anunciada como peligro 3, extremadamente peligroso", dijo el líder de VW.

"El BMW del ruso Leonid Novitskiy estuvo a punto de matarnos, pues se quedó con sus dos ruedas delanteras en el aire y no se precipitó sobre nuestro coche de milagro", indicó Périn, en el portal electrónico del raid. "Por suerte no nos ha pasado nada, pero podíamos habernos matado, nosotros o cualquier otro. Es más, la organización ha puesto de inmediato un coche alertando del peligro y eso pudo haber salvado, por ejemplo, a Nani Roma, que venía detrás nuestro", indicó Sainz, que no sufrió lesiones de ningún tipo.

POSIBLE DOBLETE "Ha sido una gran decepción pero así son las cosas. Aquí un fallo en el libro de ruta o cualquier historia te puede mandar a casa", indicó Sainz, que, antes de emprender el regreso a casa, añadió: "Cuando menos te los esperas y vas más tranquilo ¡zas! aparece un obstáculo que no existía".

Sainz se mostró satisfecho porque Volkswagen está a punto de ganar el rally. "Puede que muchos crean que es un triste consuelo, pero no lo es, no. Estoy muy orgulloso de que, si finalmente nos acompaña la suerte, dos Volkswagen ocupen los dos primeros puestos del podio", indicó orgulloso el piloto español, consciente de que el duro trabajo que ha hecho durante todo el 2008 será recompensando con un doblete. "No tengo ni idea de qué haré este año ni, mucho menos, el año que viene, ahora solo quiero recuperarme lo antes posible y seguir corriendo", dijo un Sainz totalmente curtido en éxitos y decepciones.

El día que Sainz se vio obligado a abandonar el rally y desprenderse de una victoria segura, el también español Marc Coma (KTM) se consolidó al frente de la general de motos tras concluir la etapa de ayer, la número 12, inmediatamente detrás del francés Cyril Després (KTM), que se ha encaramado ya al segundo puesto de la general, eso sí, a una hora y media del sólido líder. El surafricano Giniel de Villiers, vencedor ayer, y el norteamericano Mark Miller, ambos con Volkswagen, dominan ahora la general de coches tras la noticia de la jornada.