Míchel Salgado se despidió ayer del Real Madrid rodeado de los trofeos que ha conquistado en los últimos diez años y acompañado por el director general del club, Jorge Valdano. Fue un adiós, como no podía ser de otra forma, entre lágrimas y el orgullo por lo conseguido en su etapa como madridista.

"A uno se le hace duro irse de esta casa después de diez años. Creo que el Madrid me ha dado todo a nivel futbolístico e incluso a nivel personal. Mi sentimiento ahora mismo es cruzado. Por un lado de tristeza porque una despedida siempre es triste y más cuando he aprendido a querer al Real Madrid. Por otro, de alegría porque cuando miro hacia atrás siento orgullo de lo que he vivido aquí", declaró. El lateral, que no desveló su futuro, mostró su agradecimiento a todos los estamentos del club, desde la directiva hasta los empleados y la prensa, pasando por los entrenadores y los que fueron sus compañeros de vestuario, entre los que destacó a algunos.

"Ha sido un privilegio compartir vestuario con los mejores jugadores del mundo y especialmente con los que he estado diez años en el club: Raúl, Guti, Casillas y también, aunque ya no esté aquí, Roberto Carlos. He compartido muchas cosas con él", confesó el gallego.

El defensa quiso también dar las gracias a los aficionados al tiempo que confirmó que se despedirá de ellos el próximo día 25 de agosto con motivo del trofeo Santiago Bernabéu frente al Milán, aunque sin saltar al campo vestido de corto.