El kazajo, de 32 años, es el único de los principales expulsados que no está involucrado en la trama de dopaje. Se ha visto condenado por la implicación de Manolo Saiz y porque el Astaná-Würth solo tenía cuatro corredores. Tendrá libertad para negociar su futuro. Fue tercero en el 2003, su mejor resultado.