Pau Gasol se siente hoy en la cima del mundo. Es un estado de euforia que tardará en desaparecer unos días. Pero que, seguramente, no le importaría que durara semanas. Un estado embriagador y mareante. La sensación que sucede a una gran conquista como la de ganar el título de la NBA con Los Angeles Lakers, en la que ha tenido un papel siempre capital.

"Me sabe a gloria", reconoció, desbordado por las emociones, el pívot barcelonés, que cumplirá 29 años el próximo 6 de julio. De pie, en medio del vestuario de los Lakers, en el Amway Arena de Orlando, rociado de Moet&Chandon de los pies a la cabeza, estrujado por sus padres, por su hermano pequeño, Adriá, por sus compañeros de equipo, Gasol seguía una hora después de que concluyera la final con el corazón disparado por la adrenalina y por el peso de una conquista única, como todo lo que ha ido atesorando durante su carrera este jugador nacido en Sant Boi.

UN SUEÑO DE OCHO AÑOS Gasol ha visto cumplirse el sueño que ha alimentado desde que hace ocho años, con apenas 21, aterrizó en Memphis con todas las ilusiones de juventud metidas en la maleta. Ya se ha consagrado con el anillo de campeón de la NBA. Una nueva barrera que cae. Gasol ha sido el primer jugador español que ha logrado el título, llevando al básquet a una nueva dimensión. Igual que está consiguiendo Rafa Nadal con el tenis y han logrado otros deportistas más como Fernando Alonso en la F-1 o Miguel Induráin con el ciclismo en su día.

El triunfo a domicilio frente a los Orlando Magic (86-99), que firmó el definitivo 4-1 que proclama a los Lakers como el mejor equipo del planeta, quedará ya para siempre en la memoria colectiva. Es un partido que solo agrandará la leyenda del pívot barcelonés, ya sin discusión uno de los mejores deportistas españoles de la historia.

UN EQUIPO CON FUTURO "Es un sueño hecho realidad, la conquista de un objetivo por el que he trabajado mucho y que me hace sentir muy orgulloso de lo que hemos conseguido", subrayó Gasol que, en una muestra más de su carácter, solo piensa en que el club mantenga la estructura del equipo y renueve a Odom y Ariza para pelear por más títulos. "Este equipo está en condiciones de ganar algún anillo más", declaró.

Un año después de vivir la cara amarga de la final, los Lakers estallaron de felicidad con el título número 15 de su historia, que sacó a la calle a miles de seguidores en EEUU y provocó algunos incidentes en Los Angeles. El título no solo hace realidad el desafío que Gasol perseguía y que celebró por todo lo alto, dando saltos por la cancha, repartiendo felicitaciones y, también durante algunos segundos, escondiéndose tras una gorra para disimular su emoción. También supone una recompensa para Kobe Bryant, que suma a los 30 años el cuarto anillo de su carrera, y para Phil Jackson, convertido con 10 campeonatos en su palmarés en el mejor técnico de la historia y que se paseó por el vestuario con una gorra con el 10 en números romanos bien visible sobre la visera. "Hacía mucho tiempo que no me daba un baño de champán y lo echaba de menos. Me aseguré de que todo mi círculo también lo viviera", aseguró Bryant, sin despegarse ni un segundo de sus dos hijas pequeñas, Natalia y Gianna Marie, cada una colgada de un brazo. "El título me sabe fenomenal y supone quitarme un peso de encima", añadió la estrella de los Lakers, a quien siempre le recordaban que había ganado todos sus títulos al lado de Shaquille O´Neal. "La gente no paraba de hablar de eso, pero nunca le di importancia", dijo Bryant, que descubrió el mensaje de móvil que recibió de O´Neal. "Felicidades, Kobe, te lo mereces", le escribió su excompañero, que también se acordó de Pau: "Felicidades, papacito", envió a través de Twitter en español.

El título de MVP de la final rubricó el papel de primera estrella de Bryant, que ha acabado promediando 30 puntos en la final ante los Orlando Magic. Pero también ha quedado claro que solo un paso por detrás se encuentra Gasol, que ha acallado todas las críticas que surgieron por la final del 2008. El pívot ha presentado unos números de lujo: 18,3 puntos y 10,8 rebotes, segundo anotador y mejor reboteador del equipo. "No hubiéramos ganado el título sin él. Tan claro como eso", fue el reconocimiento de Mitch Kuptchak, el manager general del equipo.